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ELECCIONES GENERALES

Pedro Sánchez, reelegido presidente del Gobierno: ¿quién ha votado a favor y en contra?

El candidato del PSOE ha sido investido en primera votación con 179 votos. El líder socialista comienza su tercera etapa al frente de La Moncloa.

Spain's newly re-appointed Prime Minister Pedro Sanchez applauds after voting at the investiture debate, as Spain's Socialists clinched a new term following a deal with the Catalan separatist Junts party for government support, a pact which involves amnesties for people involved with Catalonia's failed 2017 independence bid, in Madrid, Spain November 16, 2023. REUTERS/Susana Vera
SUSANA VERAREUTERS

Pedro Sánchez, reelegido presidente del Gobierno. Sin sorpresas. El candidato del PSOE ha obtenido la confianza de la Cámara en primera votación y ha sido elegido con mayoría absoluta (179 votos). Como era esperado, Sánchez ha contado con el apoyo de los diputados del PSOE (121), de Sumar (31), ERC (7), Junts (7), Bildu (6), PNV (5), BNG (1) y Coalición Canaria (1). Por su parte, PP (137 noes), Vox (33) y UPN (1) han votado en contra de Pedro Sánchez, tal y como habían anunciado.

El ya presidente del Gobierno inicia su tercer mandato al frente de La Moncloa después que el día siguiente de las elecciones autonómicas y municipales (24 de mayo) decidiera adelantar las elecciones generales previstas para final de año para el 23 de julio, tras el mal resultado cosechado por el PSOE en los comicios de mayo.

Adelanto de elecciones

Sánchez tomó una decisión arriesgada, pero decidida. Un camino que se ha demostrado duro y tortuoso hasta el día de hoy. Más si cabe tras los resultados del 23J. El candidato socialista salió de la noche electoral con posibilidades de reeditar su Gobierno, pero la aritmética electoral le obligaba a pactar con Junts para obtener la mayoría parlamentaria suficiente para ser elegido presidente.

Al presidente del Gobierno no le valía con la mayoría progresista que tuvo en la anterior legislatura, con Bildu y ERC como aliados preferentes. Ahora, era obligatorio también contar con PNV y Junts, el partido de Puigdemont. Para mayor dificultad, el hecho de que Feijóo hubiese ganado las elecciones hizo que el rey Felipe VI le encomendara la tarea de intentar su investidura en el Congreso.

Intento fallido de Feijóo

Era una candidatura llamada a ser fallida desde el principio, pero Pedro Sánchez tuvo que ver cómo el líder de la oposición buscaba un imposible. Pasado el trámite y consumado el fracaso de Feijóo, era el turno de Sánchez, quien ahora sí recibió el encargo del Rey.

Ley de amnistía, indispensable

Pero nada estaba escrito aún. Ahora empezaba lo más difícil: arrancar el sí de Junts y ERC, con el pacto de una ley de amnistía como requisito indispensable para apoyar a Sánchez. Conversaciones discretas y duras y las continuas críticas de PP y Vox han marcado unas negociaciones que con idas y venidas han terminado con final feliz para el candidato del PSOE, con la ley de amnistía ya tramitándose en el Congreso.

Protestas y manifestaciones

Los acuerdos de Sánchez con los independentistas y la ley de amnistía han tenido también una consecuencia social. Y es que desde hace una semana se suceden las protestas, concentraciones y manifestaciones en las sedes del PSOE, principalmente en la calle Ferraz, enclave de la sede nacional del partido socialista.

Las protestas han llegado también a las inmediaciones del Congreso donde ayer y hoy se ha celebrado un tenso y duro debate de investidura de Pedro Sánchez. Ante reproches de PP y Vox y advertencias de los partidos nacionalistas, el candidato socialista ha logrado la confianza de la Cámara y comienza así su tercera etapa como presidente del Gobierno.

Gobierno de coalición

Ahora llega la tarea de formar un nuevo Gobierno de coalición con Yolanda Díaz como vicepresidenta, nombrar un nuevo Consejo de Ministros, con la aparente decisión de dejar a Podemos fuera de él, y comenzar a desplegar de nuevo políticas sociales y progresistas. Será un mandato complicado de en principio cuatro años. Aunque Sánchez sabe que deberá trabajar su mayoría parlamentaria semana a semana y política a política.