Israel encuentra un problema con los ultraortodoxos
El sector más radical del judaísmo se niega a enviar a sus hijos al ejército, argumentando la preservación de su pureza religiosa, algo respaldado por Netanyahu.
La tensión aumenta en Israel mientras continúa la guerra en Gaza y la movilización general. Por lo general, los judíos ultraortodoxos se niegan a enviar a sus hijos al ejército, argumentando la preservación de su pureza religiosa. Esto ha desatado protestas y divisiones en la sociedad, con algunos exigiendo que se les obligue a servir en las fuerzas armadas como el resto de los ciudadanos. La polémica ha llegado hasta el primer ministro Benjamin Netanyahu, quien ha respaldado la postura de los ultraortodoxos.
En las calles de Jerusalén se han presenciado enfrentamientos verbales entre jóvenes israelíes y ultraortodoxos, en los que los ciudadanos exigen equidad social y una contribución igualitaria al servicio militar. La situación se intensifica con el conflicto en Gaza, y muchos reservistas han vuelto a sus unidades para defender el país.
Históricamente, los ultraortodoxos han sido eximidos del servicio militar para permitirles dedicarse por completo a sus estudios religiosos. Sin embargo, este privilegio ahora está siendo cuestionado en medio del llamado a una mayor solidaridad nacional durante estos tiempos difíciles.
¿Quiénes son los judíos ultraortodoxos?
Los judíos ultraortodoxos representan aproximadamente el 10% de la población de Israel, aunque en ciudades como Jerusalén su presencia es aún más significativa. Este grupo es una corriente extremista del judaísmo ortodoxo, y sus miembros se caracterizan por vivir en comunidades aisladas y observar estrictamente las tradiciones religiosas. Su doctrina es que la Torá es el “manual de instrucciones del mundo”, y, por lo tanto, su estudio debe ser la única ocupación del hombre.
Son reconocibles por su vestimenta distintiva en blanco y negro, que incluye kipá, sombrero, y para los hombres, tirabuzones y barba, mientras que las mujeres cubren sus cabezas con pañuelos o pelucas.
La comunidad ultraortodoxa tiene una visión conservadora del mundo moderno, considerando el uso de herramientas como teléfonos móviles e internet como pecaminoso, al igual que las mujeres que usan pantalones o la lectura de libros no religiosos.