Ira en Georgia con Rusia
Los ciudadanos de país cuestionan la decisión de que los aviones rusos vuelvan a volar hacia su país. Una medida que ‘aleja’ a Georgia de la UE.
Desde el inicio de la guerra en Ucrania, hay otra relación de Rusia que ha sufrido algunas heridas. Hablamos de Georgia, un país que Moscú ya invadió en el año 2008, dando lugar a las llamadas ‘guerras relámpago’. Georgia, por entonces, había pedido entrar tanto en la Unión Europea (UE) como en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), algo con lo que Moscú no estaba para nada de acuerdo.
Mientras tanto, en Tiflis, capital georgiana, no se aceptaba el hecho de que el territorio de Osetia del Sur estrechara sus relaciones con la Rusia de Vladimir Putin. Ahora, se teme que un nuevo conflicto pueda estallar entre ambos países. “El 20 por ciento del territorio del país está ocupado por la potencia nuclear número uno”, denunciaba recientemente el primer ministro, Irakli Garibashvili. Una influencia cada vez mayor y que, para el politólogo Francis Fukuyama, se está convirtiendo en “un estado autoritario a la imagen de Rusia”.
Ahora esta situación de ‘calma tensa’ parece haber dado un paso más, con el regreso a Georgia de los vuelos procedentes de Rusia después de cuatro años de ausencia. Un hecho que ha provocado fuertes protestas en la capital, con manifestantes ataviados con pancartas que rezaban “no son bienvenidos” a la llegada de las aeronaves al país. La policía, incluso, tuvo que hacer acto de presencia para impedirles estar en el vestíbulo de llegadas del aeropuerto, cuando llegaba el primer avión de Azimuth Airlines tras recibir el visto bueno de la autoridad de aviación civil.
Los ciudadanos en contra
Desde el Gobierno local se ha celebrado con entusiasmo la vuelta de estos vuelos directos desde Rusia, pues según aseguran que “nuestros ciudadanos saldrán beneficiados, tenían que dar un rodeo el triple de caro”, explica el presidente del partido gobernante Georgian Dream, Irakli Kobakhidze. Según el Gobierno, cerca de un millón de ciudadanos de etnia georgiana viven en Rusia y se beneficiarán de la medida, aunque las cifras que maneja Rusia es que son apenas 114.000.
Sea como fuere, la mayoría de ciudadanos del país está en contra de esta decisión, mientras que un centenar de organizaciones lo consideran un “sabotaje directo” a las aspiraciones de Georgia de entrar a la Unión Europea. El país confía en que, antes de finales del presente año, Bruselas apruebe su candidatura para formar parte de la UE.
La mano interesada de Putin
Tras este movimiento, los expertos consideran que podría estar un interés por parte del líder del Kremlin. Recientemente, Putin firmó un decreto para acabar con la prohibición unilateral por parte de Moscú de los vuelos directos, impuesto como respuesta a las protestas masivas contra Rusia que tuvieron lugar en Tiflis en el año 2019. A su vez, Moscú también ha relajado las medidas a la entrada de ciudadanos georgianos al país, permitiendo un acceso de hasta 90 días sin visado.
Pero a pesar de estas ‘concesiones’ rusas, le relación entre ambos Estados está rota. Salome Zurabishvili, presidenta proeuropea de Georgia, denuncia una nueva “provocación rusa”. Por su parte, la embajadora de Estados Unidos en Georgia, Kelly Degnan, cuestionó la decisión local de aceptar “un regalo” de un país al que tilda de agresor. “Creo que la pregunta importante es por qué, ¿por qué ahora? ¿Por qué Putin ahora hace estas concesiones, estas ofertas a Georgia? ¿Cuál es el precio que Georgia tendrá que pagar? Todos sabemos que Putin no da nada sin exigir un precio”.
Este movimiento, además, puede poner en problemas el teórico acceso del país a la Unión Europea. Peter Stano, portavoz de Asuntos Exteriores de la UE, asegura que esta decisión genera dudas sobre su compromiso de alinearse con los 27. “Nosotros y nuestros socios no permitimos vuelos desde Rusia, vuelos a Rusia y vuelos sobre Rusia”. Por su parte, la oposición ha condenado también la vuelta de los vuelos directos, considerados como una “recompensa” al gobernante de Georgian Dream por el “buen comportamiento” hacia Rusia desde la invasión, al no imponer sanciones y permitir la llegada de miles de ciudadanos rusos. Pero Georgia, como dijo el líder del mayor partido de oposición, Levan Khabeishvili, mantiene su voluntad de forma inquebrantable. “Elegimos Europa, no Rusia”.