Importante anuncio del Grupo Wagner

La guerra ha llegado a un punto de inflexión. Después de meses colmados de sangrientos combates, resistencia numantina y una conquista llena de ‘casis’, el líder del grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, ha anunciado que el 10 de mayo abandonarán la masacrada Bajmut ante la imposibilidad de continuar disparando sin balas, amén de los problemas logísticos y de la insufrible escasez de munición.

En pie, armado hasta los dientes y frente a una línea de paramilitares sin gesto facial. Así se ha presentado Prigozhin en un vídeo difundido a través de Telegram que significa un punto y aparte en la invasión. “En nombre de los combatientes de Wagner y de su comandancia, el 10 de mayo de 2023 estaremos obligados a entregar las posiciones en la ciudad de Bajmut a las unidades del Ministerio de Defensa y a reubicar a los mercenarios en la retaguardia para lamernos las heridas”, afirma serio y con un tono algo abatido.

Culpa directamente al Kremlin

Desde hace semanas, el líder de los mercenarios venía advirtiendo de los serias trabas logísticas a las que se enfrentaban sus hombres en el frente maldito de Bajmut. Y así lo ha justificado: “Retiro las unidades del Grupo Wagner de Bajmut porque con la falta de municiones están condenados a una muerte sin sentido”.

Las grietas que ya existían entre el grupo de Prigozhin y las cúpulas militares del Kremlin se han vuelto tan grandes que han terminado por reventar los cimientos de la ofensiva rusa, de capa caída y agonizante. Horas antes de este anuncio, el propio líder de Wagner se dejaba ver en otro vídeo, junto a un campo de cadáveres “con la sangre fresca” y reprochando a las mismas autoridades la culpa y responsabilidad de tantas muertes.

Precisamente, a ellos se dirige al final de las palabras que certifican el abandono. “Al jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov, al ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, al comandante en jefe, Vladímir Putin, y al pueblo de Rusia”, rubrica un Prigozhin que, a cada segundo que pasa, deja notar cómo crece su enfado, viendo la contraofensiva ucraniana desde el retrovisor y organizando una salida que colma de heroicidad una resistencia que hace meses se antojaba poco menos que imposible.