El experto Francisco Torreblanca señala lo que puede suceder con Biden: “El efecto compasión”

Los ojos estuvieron puestos en Estados Unidos con el primer debate a la presidencia entre el actual mandatario y candidato demócrata, Joe Biden, y su antecesor y candidato republicano, Donald Trump. Todos los medios llegaron a una misma conclusión, que fue la del triunfo del magnate sobre el actual presidente, al que se vio dubitativo e indeciso por momentos, también incapaz de hacer frente al discurso de su rival.

Política exterior, economía o inmigración fueron algunos de los temas tratados en un debate no exento de momentos tensos entre los candidatos, con reproches, descalificaciones y acusaciones mutuas de toda índole. Francisco Torreblanca, especialista en marca personal profesional y profesor en la ESIC, atendió la llamada de AS para ofrecer su punto de vista sobre todo lo que dio de sí el debate en la carrera por alcanzar la Casa Blanca, tanto a nivel comunicativo y de imagen, como político.

Pregunta: Desde el punto de vista comunicativo y del lenguaje no verbal, ¿Qué balance se puede hacer del debate?

Respuesta: En el balance global, si sumamos la parte de contenido y puesta en escena y no verbal, fue un debate previsible. Todas las expectativas nos llevaban al actual presidente bastante estático y dubitativo, como veníamos viendo en imágenes durante este tiempo, y con un candidato a regresar a la presidencia representando lo que es, un Dios emocional. Domina perfectamente los tiempos, el cambio brusco de una emoción contraria a otra, esa agresividad da pie a que todo fuera muy previsible.

P: Esas situaciones en las que Biden se quedó “en blanco” y dubitativo, ¿Obedecen a falta de preparación? ¿O entran en juego otros factores?

R: Es una suma de factores. Sinceramente, creo que la edad, aunque esto no debería ser un factor, pienso que sí lo es. Estamos viendo ciertos comportamientos tanto físicos, como de expresividad, que te llevan a pensar que hay algún problema derivado de la propia edad. Esa poca fluidez, la dispersión, los lapsus… Cuando se queda ‘congelado’, nos lleva a pesar en todo eso.

Aquí el tema es que confirma la expectativa previa que tenemos. Si antes del debate pensamos en los candidatos, uno tan dinámico y agresivo, y el otro que tiene esa distorsión, pues pensamos “no tiene nada que hacer”. A pesar de que Biden buscaba cierta calma e intentaba decir lo que tenía que decir, y evitar los lapsus, estos fueron inevitables. Si a eso le sumamos la agresividad del contrincante, pues entiendo que eso afecta de alguna manera. En el cara a cara no hay color.

P: En vista a lo que pudimos ver de Biden en el debate, y de cara a las elecciones de noviembre, ¿Cree que podría generarse cierta sensación de desapego en el electorado o que pueda haber abstención?

R: Aparentemente, sí, pero puede producirse una especie de ‘Síndrome de Estocolmo’. Es decir, que el votante del partido sienta cierta compasión con Biden y eso refuerce su compromiso con el partido, y no tanto con el candidato. Sabiendo que él es el candidato, que eso no va a cambiar, y viendo la agresividad de la otra parte, es probable que eso genere un efecto compasión que luego provoque a su vez que la diferencia no sea tan notable.

P: La vicepresidenta norteamericana, Kamala Harris, llegó a decir que “hubo un principio débil pero un final fuerte. Biden es extraordinariamente fuerte”. Visto lo sucedido ayer, ¿comparte ese diagnóstico?

R: Bueno, es lo que tenía que decir, porque también podemos pensar que es un apoyo externo. Es decir, si decimos esta frase, además una persona tan vinculada a Biden, una frase tan contundente como esta, es que seguramente desde el partido necesitaban un titular y un impacto mediático que reforzara esa sensación de debilidad de Biden. Creo que va más por esa vía.

Los medios en EE.UU concluyeron que Biden se vio superado, y muchos cuestionaron su candidatura a la presidencia. ¿Qué otro integrante del Partido Demócrata podría haberse presentado para dar una respuesta contundente a Trump?

R: La propia vicepresidenta (Kamala Harris), que tiene muchísimo carisma y podría hacer un papel determinante. Pero claro, estamos en un momento de la verdad donde un cambio de ese tipo no se puede proceder porque sería una hecatombe. Simplemente dando justificaciones, se perdería todo el tiempo potencial de campaña y probablemente sería un desastre.

Aunque no se sabe. Estamos en una sociedad tan emocional, donde todos estamos tan conectados y con tanta información en cada momento, que un movimiento de este tipo puede provocar un sentimiento de pertenencia a la marca personal de Kamala. Al ser una mujer, podría impactar mucho, pero sería una caja de sorpresas totalmente auténtica.

P: ¿Qué mensaje debería dar Joe Biden al electorado para darle la vuelta a esta situación?

Sobre todo reforzar la contrapartida que propone Trump, que propone en economía una vuelta a los logros anteriores, en inmigración esa mano dura que prometía y siempre llevaba consigo, ese mensaje de América primero (América First), en cuanto a política exterior... creo que en esos puntos clave, debería de fundamentarse la alternativa y la consolidación de la política actual de Biden.

Entrar en otro terreno que se salgan de los argumentos políticos, en este momento, creo que ahí Biden no tiene potencial para superar a Trump. La única salida es potenciar su mensaje anti Trump, pero que enfoque su mensaje en políticas de economía, inmigración, política exterior y cambio climático, donde hay mucho escepticismo. Para llamar a filas a los votantes más jóvenes, está el cambio climático, las políticas de salud puede ser otro caballo de batalla interesante, y también los aspectos de inmigración. Por ahí (Biden) tiene muchos flancos para defender lo que está haciendo.

P: ¿Considera que para Biden está todo perdido, o aún hay partido?

R: Yo creo que hay partido. Si hay más debates o confrontaciones, es probable que veamos más de lo mismo, a cada uno en su sitio, hay partido por ese efecto compasión que te decía. Si vemos que alguien se va debilitando mucho con esta edad, etc, probablemente, emocionalmente nos sintamos en deuda con el apoyo y eso puede recortar diferencias.

P: Un regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, ¿cómo repercutiría a nivel comunicativo y político?

R: Supondría otro tsunami, como fue su etapa anterior. Con la política anterior que hizo, la despedida que tuvo y las imputaciones que ha tenido, una segunda oportunidad serviría a Trump para reafirmarse y para decir ‘aquí estoy yo’, vuelvo a reinar y creo que sería muy drástico en determinadas decisiones. Hay gente qu está esperando eso, y que está esperando lo contrario. Esa segunda oportunidad para Trump pondría muchos puntos sobre las íes.

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