Demostración de fuerza de Alemania sobre Rusia
El país germano acogerá el mayor ejercicio aéreo de la historia de la OTAN. “Será un ejercicio que impresionará a quien lo vea”.
Alemania y la OTAN se preparan ya para lo que pueda pasar con Rusia. Desde el inicio de la guerra se ha repetido que un ataque contra un país miembro de la Alianza tendría como respuesta la acción conjunta de todo el bloque Occidental. Existía el temor, real o no, de que en algún momento Moscú pudiera cargar contra un país más allá de Ucrania. Las ofensivas rusas, de momento, se limitan al país que preside Volodímir Zelenski, pero los aliados se preparan con el mayor ejercicio aéreo de la historia de la OTAN.
Toda una demostración de músculo con la que Occidente le dirá a Rusia, o a cualquier potencial enemigo, que “esto es lo que hay” en caso de atacar a un país de la Alianza Atlántica. El objetivo de Air Defender 23, que así se llama el ejercicio, será el entrenamiento de la respuesta a un ataque simulado. En él participarán, durante los próximos diez días a partir del lunes, cerca de 10.000 componentes de unos 25 países, entre los que habrá 250 aviones.
“Air Defender es un ejercicio defensivo que demuestra que esta alianza es capaz de defenderse si tiene que hacerlo”, asegura el general de la Fuerza Aérea de Alemania, Ingo Gerhartz. Durante su comparencia, ha insistido en que no se trata de un ejercicio contra nadie, puesto que la OTAN es una “alianza defensiva”. La magnitud de las maniobras, con más de 2.000 miembros del Ejército del Aire de Estados Unidos y un centenar de aviones, afectará al tráfico aéreo civil en Alemania. Por no hablar del ruido que provocarán los cerca de 2.000 vuelos programados, en apenas diez días, para estos ejercicios.
Un plan de un lustro marcado por la guerra en Ucrania
Estas maniobras, que perturbarán la vida normal de los ciudadanos alemanes, podrían provocar un fuerte descontento entre la población. Pero para Gerhartz, es un ‘bajo precio’ que hay que pagar en aras de la seguridad en el Viejo Continente. “Si nos fijamos en la proporción, 10 días frente a los 365 que tiene un año, para que podamos seguir viviendo en paz y en libertad en este país, creo que estamos mandando la señal correcta”.
Unos ejercicios militares que no nacieron con la actual guerra en Ucrania, aunque el conflicto le da una nueva dimensión. El simulacro Air Defender se empezó a diseñar en 2018, pero con la invasión de Rusia a un país soberano al este de Europa la OTAN se prepara con más razón que nunca ante un potencial ataque a los límites de su territorio. Suecia, que espera para unirse a la OTAN tras no cristalizar su entrada conjunta con Finlandia, y Japón, socio del G7, participarán en los ejercicios tras ser invitados por Alemania.
El cielo alemán será el principal sobre el que se desarrollen las maniobras, aunque también participarán en ellos diferentes bases de Estonia, Letonia y República Checa. Estados Unidos ya está enviando a los aeródromos alemanes aviones de transporte táctico militar Hércules C-130 y decenas de los cazas F-16 que tanto demanda Ucrania.
Mensaje de “unidad”
Ante las posibles dudas que podría haber en el seno de la Alianza para el apoyo militar a Ucrania, la OTAN con estas maniobras lanza un inquívoco mensaje de “unidad y fuerza”, en palabras de la embajadora de Estados Unidos en Alemania, Amy Gutmann. “Será un ejercicio que impresionará a quien lo vea. Y eso incluye al señor Putin”, dijo tras asegurar que se sorprendería si cualquier líder del mundo no tomara nota de la fuerza de la Alianza Atlántica.
“Se trata de mostrar nuestra preparación, nuestra coordinación y disponibilidad, no solo dentro de la OTAN, sino también con nuestros socios de fuera de la Alianza. Por supuesto que todo el mundo va a contemplar los ejercicios”, apuntó el teniente general Michael A. Loh, jefe de la Guardia Nacional del Aire de Estados Unidos. Un mensaje de colaboración entre 25 países que “va mucho más allá de un simple ejercicio aéreo”.