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Alta tensión entre Hungría y EEUU

El país estadounidense prepara sanciones a políticos afines al primer ministro Orbán. Hungría anuncia su salida del Banco Internacional de Inversiones.

FILE PHOTO: Hungarian Prime Minister Viktor Orban sits before taking the oath of office in the Parliament in Budapest, Hungary, May 16, 2022. REUTERS/Bernadett Szabo/File Photo
BERNADETT SZABOREUTERS

La actual guerra en Ucrania es el mayor exponente, pero no el único, de las tensiones existentes entre los diferentes países del mundo. China y Taiwán, además de Corea del Norte y Corea del Sur, mantienen una situación de calma tensa, con lanzamientos de misiles y ejercicios militares que elevan la tensión. Estados Unidos, además de la latente ‘guerra fría’ con Rusia, prepara sanciones para algunas de las principales figuras políticas del Gobierno húngaro de Viktor Orbán.

Un grupo bipartidista prepara en el Congreso estas sanciones en un momento en el que las relaciones entre ambos países son cada vez menores. Este proyecto de ley iría enfocado a sancionar a exfuncionarios y simpatizantes del Gobierno, en su mayoría afiliados al partido Fidesz del primer ministro. Una legislación que se viene preparando desde el año pasado y que se espera que sea aprobada el próximo mes en el Congreso. Según fuentes familiarizadas con el proceso de redacción, contaría con un amplio apoyo.

Durante la época de Donald Trump, Orbán fue un aliado político del expresidente estadounidense, mientras que el partido Fidesz mantiene hoy en día fuertes vínculos con la línea más dura de los conservadores norteamericanos. Y hay más: según unos documentos filtrados de Pentágono, basados en información de Inteligencia, el primer ministro húngaro habría descrito a EEUU como uno de los tres principales rivales de su partido.

Respuesta de Orbán

Tras conocer las intenciones de Estados Unidos, el primer ministro Viktor Orbán ha salido al paso y ha asegurado que lo que quieren desde Washington es que su país se involucre en la guerra: “EEUU no ha renunciado a querer involucrar a Hungría en la guerra”, ha afirmado en declaraciones a la radio pública Kossuth, reiterando que Budapest no dejará que eso suceda, y asegurando que seguirá sin enviar armas a Ucrania. De hecho, Orbán ha acusado a EEUU de “llevar a todo el mundo a la guerra”.

Orbán ha tratado de rebajar la tensión existente y ha comentado que el país norteamericano continúa siendo un “amigo” e “importante aliado” de Hungría, ya que comparte ideas básicas sobre la economía de mercado, aunque entiende que desde la Casa Blanca deben entender que en el caso de la guerra tienen diferencia de opiniones. “Es algo que deben soportar”, ha agregado el líder húngaro.

Guerra Mundial

El primer ministro de Hungría ha vuelto a alertar de la amenaza de una tercera guerra mundial. “Aumenta día a día”, ha advertido, y ha dado detalles de cómo sería esa guerra: “Si estalla una guerra mundial, será una nuclear. Todo apunta a que los países están, de hecho, muy cerca de utilizar este tipo de armas”, ha asegurado.

Por último, le ha vaticinado un futuro oscuro a Ucrania. “Es un país que no existe a nivel económico. Ha quebrado a nivel financiero y económico. La pregunta es si salvaremos a Ucrania”, ha pronunciado, para zanjar la manera en que se terminaría la guerra: “Podría acabarse pronto si Estados Unidos y la Unión Europea dejaran de entregar ayudas a Kiev”.

Salida del IIB

Este pasado jueves, Hungría anunció su intención de abandonar el Banco Internacional de Inversiones (IIB), controlado por Rusia, después de que Estados Unidos impusiera sanciones a esta institución con sede en Budapest, y que es conocida como el “caballo de Troya” de Moscú en Europa. El Departamento del Tesoro de EEUU, además, anunció medidas punitivas contra el que fuera presidente del Consejo de Administración del IIB, Nikolay Kosov, y dos altos directivos.

“Si bien el IIB había desempeñado un importante papel en el desarrollo en Europa Central y del Este, como consecuencia de las sanciones impuestas por EEUU la operación del banco había perdido su sentido”, dijo el Ministerio de Desarrollo Económico de Hungría. Tras anunciar la decisión de retirar a sus representantes del banco, Hungría manifestó su frustración por la presión ejercida por Estados Unidos. “Aceptamos y comprendemos que representamos posturas diferentes, pero no entendemos por qué es necesario presionar a otros Estados para que cambien las suyas”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores, Péter Szijjártó.

Antes de dicho anuncio, el embajador estadounidense David Pressman había señalado a Hungría, a diferencia de otros países de la OTAN, por ignorar las advertencias sobre las actividades del citado banco. “Hungría ha desestimado las preocupaciones del gobierno de Estados Unidos con respecto a los riesgos que su presencia continua representa para la Alianza. Nos preocupa el continuo entusiasmo de los líderes húngaros por expandir y profundizar los lazos con la Federación Rusa”.

En los últimos tiempos Pressman ha sido duramente criticado en los medios afines al Gobierno de Orbán. Recientemente, el presidente del parlamento Lászlo Kövér calificó a Pressman como “uno de los embajadores con menos clase que jamás haya pisado suelo húngaro en representación de su propio país. Habla de tonterías y lo hace de manera agresiva”. Pressman, por su parte, se citó en Washington con el secretario de Estado, Antony Blinken, para discutir “avances recientes” en la relación con Hungría, “incluida la retórica antiestadounidense única de altos funcionarios húngaros”.