“Paralización catastrófica”: aviso sobre la economía rusa
La Universidad de Yale presenta un análisis que asegura que Rusia pierde sus antiguos mercados principales y unas 1.000 empresas quieren salir del país.
Las estimaciones sobre cómo afectará la guerra a la economía de Rusia son dispares. En un primer momento, las sanciones internacionales provocaron que el rublo cayese fuertemente y que la inflación comenzase a subir en el país. Pero el rublo recuperó su valor y el propio presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que las sanciones de Occidente habían fracasado.
El informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) de hace unas semanas corroboró esta ‘caída amortiguada’ de Rusia. El análisis estimó que el producto interno de Rusia para 2022 no descendería tanto como apuntaban las previsiones: si antes la caída del PIB ruso era del 8,5%, ahora se sitúa en un 6%, un dato que ha sorprendido a muchos. De cara a 2023, el informe del FMI estima que la economía de Rusia solo se contraerá un 3,5%.
Pero algunos expertos creen que será en 2023 cuando la economía de Moscú sufrirá grandes consecuencias. Ian Bremmer, presidente de Eurasia Group, explicó a la cadena CNBC que las sanciones provocarán una “fuga de cerebros” de Rusia, lo que afectará a “la productividad general, reduce la innovación y afecta la confianza general en la economía, reduciendo la inversión y el ahorro”.
La economía del país, paralizada “catastróficamente”
Pero las malas noticias para el Kremlin llegan de la mano de un estudio de la Universidad de Yale. Este analizó datos de consumo, comercio y exportaciones del país y explica que “los que argumentan que la economía de Rusia se ha recuperado simplemente no son fácticos: los hechos son que, según cualquier medida y en cualquier nivel, la economía rusa se tambalea y ahora no es el momento de pisar el freno”.
¿Por qué? Según el análisis, más de 1.000 empresas globales están saliendo de Rusia, lo que está “paralizando catastróficamente” la economía del país. “Como resultado de la retirada empresarial, Rusia ha perdido empresas que representan en torno al 40% de su PIB, revirtiendo casi la totalidad de las tres décadas de inversión extranjera y apuntalando una fuga simultánea sin precedentes de capital y población en un éxodo masivo de la base económica de Rusia”, aseguran desde Yale.
“El posicionamiento estratégico de Rusia como exportador de materias primas se ha deteriorado irrevocablemente, ya que ahora lidia desde una posición de debilidad con la pérdida de sus antiguos mercados principales y enfrenta grandes desafíos al ejecutar un ‘pivote hacia Asia’ con exportaciones no fungibles como el gas canalizado”, explican desde Yale.
“A pesar de las ilusiones de Putin sobre la autosuficiencia y la sustitución de importaciones, la producción nacional rusa se ha paralizado por completo sin capacidad para reemplazar los negocios, productos y talentos perdidos; el vaciamiento de la innovación nacional y la base de producción de Rusia ha provocado un aumento de los precios y la angustia de los consumidores”, señala el informe. Los economistas de Yale aseguran que la intervención monetaria y fiscal a la que está recurriendo Putin es “insostenible y dramática para suavizar las debilidades económicas estructurales”.
“De cara al futuro, no hay salida del olvido económico para Rusia mientras los países aliados permanezcan unidos para mantener y aumentar la presión de las sanciones contra Rusia”, concluye el informe.