Ocho meses de cárcel por cambiar las respuestas de un examen de Medicina
Una alumna de la Universidad Autónoma de Madrid ha sido condenada por alterar el documento durante la revisión del mismo para intentar subir su nota
Lo que empezó como una pillería o un acto de picaresca ha resultado tener muy graves consecuencias. Como en aquella película de Kurosawa, en este caso hay tantas versiones distintas de la verdad como personas implicadas. Una profesora que asegura que su alumna modificó el contenido de su examen durante una revisión. Una pupila que asegura que le han tendido una trampa meticulosamente planeada. Un conflicto que, en última instancia, ha precisado de la Audiencia Provincial de Madrid para ser resuelto -aunque existe posibilidad de apelación al Tribunal Supremo-.
Según contó la profesora de anatomía, la pupila acudió al examen con la visible intención de copiar a las personas que estaban a su alrededor. Ante esta sospecha, la docente decidió cambiarla de sitio. Después, a modo de prevención, le hizo una foto al documento para cerciorarse de que no sufría ninguna alteración posterior. Llegó el momento de repartir las notas. La alumna, nada satisfecha con sus resultados, acudió a la revisión.
Aquí es donde aconteció el tercer acto de la tragedia. Según la versión de la acusación, la joven aprovechó el acceso temporal que tuvo a su examen para tratar de cambiar algunas respuestas y así asegurarse un aumento en su calificación. Sin embargo, ella niega categóricamente estos hechos y asegura la existencia de un complot orquestado por la institución universitaria contra ella por unos conflictos previos entre las dos partes.
La Audiencia Provincial de Madrid ha sido tajante al respecto. Según el tribunal, ha quedado demostrado que la alumna intentó modificar sus respuestas para engañar a la profesora en la revisión. Esto es algo más serio de lo que muchos pudieran pensar. La muchacha ha sido condenada a ocho meses de prisión y otros tantos de inhabilitación por un delito de falsedad en documento oficial. Además, tendrá que pagar una multa de 1.440 euros.
El cuerpo judicial concluyó que hubo dos respuestas que intentaron ser modificadas de forma palmaria y evidente. Especialmente visible en el caso de una F de falso que se intentó cambiar por una V de verdadero. Algo que la sentencia tacha de “manipulación burda”. Además, las declaraciones de los testigo habrían señalado inequívocamente hacia la misma dirección que las exposiciones de la acusación.
Parece que la línea de la defensa, enrocada en la historia del complot calculado, fruto de una “animadversión” personal hacia la alumna, no ha resultado ser lo suficientemente consistente para los letrados. No obstante, aún queda un estadio superior en el que podrán defender su caso. La sentencia de la Audiencia Provincial puede ser recurrida al Tribunal Supremo, que, de aceptar el recurso, tendría que dirimir cuál de las dos bancadas tiene la verdad de su lado.