Niño Becerra predice cuándo la crisis se notará en la calle: da una fecha
El economista asegura que las elecciones provocarán un año “tranquilo” y que en 2024 Bruselas volverá a ser exigente con España.
La crisis energética ya ha golpeado al bolsillo de la gran mayoría y las previsiones no parecen augurar un futuro cercano mucho mejor. Este martes, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó recortó el crecimiento de España para 20203: el pasado mes de abril se esperaba que nuestro país creciese un 3,3%, pero lo ha rebajado al 1,2%
Sobre la materia se ha pronunciado el economista Santiago Niño Becerra, conocido por haber previsto la crisis de 2008. Niño Becerra ha sorprendido a sus seguidores tras lanzar un vaticinio en su cuenta personal de Twitter sobre cómo y cuándo se notará más la crisis energética en Europa.
“En mi opinión en ‘la calle’ se percibirá peor el 2024 que el 2023. En el 2023 hay elecciones por lo que pienso que Bruselas mirará hacia otro lado para que el año sea tranquilo. Pero en el 2024 exigirá, ordenará, cosas”, ha explicado el economista.
Es decir, las elecciones de 2023 harán que los gobiernos destinen más fondos a la población para conseguir el voto. Una vez termine el período electoral, volveremos a la normalidad y la crisis se notará de nuevo. En España, se celebran elecciones generales en noviembre de 2023 y autonómicas el 28 de mayo de 2023 (excepto Andalucía, Cataluña, Galicia, País Vasco y Castilla y León.
Bruselas favorece el rescate a las grandes energéticas
Además, en 2023 en Europa celebrarán sus elecciones presidenciales Chipre, Montenegro y Turquía; las parlamentarias Finlandia, Grecia, Polonia y Estonia; las generales Luxemburgo, las federales Suiza y República Checa tendrá las elecciones presidenciales.
En cuanto a esta cuestión, Niño Becerra ha citado un artículo de El País que habla de la reducción de las normas de ayudas de Estado para facilitar el rescate de las grandes empresas energéticas. “Bruselas prevé ahora que los países puedan inyectar ayudas de Estado no solo a empresas en apuros, sino también a empresas insolventes, si se considera que su salida del mercado va a provocar una gran disrupción”, dice el artículo.
Becerra critica que solo se ayude a las grandes energéticas y no a las pequeñas empresas: “Deduzcan dónde estamos y adonde nos dirigimos. Y si: como siempre los más saneados y los más potentes tendrán ventajas. (Por cierto, ¿y las pymes? Es posible que en términos proporcionales su consumo energético sea enorme, pero claro, si caen no provocarían una gran disrupción”.