Mi propia experiencia con el medicamento Ozempic: ¿es verdad que adelgaza?
El ‘medicamento milagro’ para adelgazar que está en boca de todos, las inyecciones que prometen acabar con la obesidad y que arrasan en el mercado negro.
Esta es mi propia experiencia con Ozempic. El ‘medicamento milagro’ para adelgazar que está en boca de todos, las inyecciones que prometen acabar con la obesidad y que arrasan en el mercado negro. Incluso ya se le ha puesto el mote de la ‘droga de Hollywood’ ya que actrices e ‘influencers’ lo usan para perder peso rápidamente. Es mi experiencia como paciente. Me lo prescribió la endocrina con la intención de desbloquearme el cuerpo. “Es un medicamento nuevo y te irá bien con tu síndrome hormonal y te ayudará a bajar peso. Quizá te revuelva algo la tripa”, me dijo mi doctora.
Empecé con 0,25 mg. Un pinchazo a la semana. Al mes pasé a 0,50 mg y el tercer mes me puso 1 mg. Lo encargaba en la farmacia y lo retiraba cada mes. Su precio rondaba los 150 euros (ha bajado ahora), pero con el visto bueno de la inspección de salud pagaba unos 5 euros.
Contraindicaciones y cambios
La primera semana ya empecé a notar cambios:
-Me cambió el sabor de ciertos alimentos: la coca cola me sabía a metal, el salmón ahumado un sabor horrible, la menta no sabría definir lo mal que sabía mi boca.
-Empecé a tener gases como nunca antes había tenido.
-Tenía la tripa revuelta e incluso más ardores de estómago que nunca
-Cuando subí la dosis a 1 mg llegaron los vómitos. Me ocurrían sobre todo al levantarme. Completamente revuelta, a veces era imposible contenerme.
A favor
Pero a la vez que sufría las contraindicaciones, también tuve cosas positivas:
-Llevando una alimentación sana, como siempre había llevado, comencé a bajar peso. Fueron casi 20 kilos en los dos años que me pinché Ozempic. Pero llegó un momento que me estanqué e incluso subí algunos kilos. Me lo avisó mi doctora: “Funciona bien, pero llegará un momento que no habrá avance”. Y así fue en mi cuerpo.
-El periodo menstrual se me reguló. Al principio me decían que eso no tenía nada que ver (recuerdo que era una medicación nueva), pero luego ya hubo más casos como el mío y ahora sí se conoce que regula la regla.
Al final de mi tratamiento, la inspección decidió retirarme la financiación de la medicación. La razón es que yo no tenía diabetes, que es para lo que está pautado Ozempic; cuando en realidad a mí me lo prescribieron por mi obesidad.
La realidad es que Ozempic en mi cuerpo me funcionó mientras lo necesité, que llegó un momento que me estanqué, que me frustraba los efectos secundarios que sufría cada semana, pero lo más importante es que siempre hice caso a mi médico y que lo tenía prescrito nunca fue por motu propio. Ozempic no es un broma que se deba conseguir en el mercado negro, siempre tiene que ser bajo supervisión médica.