Los síntomas de la COVID-19 tras la llegada de la variante ‘perro del infierno’
La mayoría de subvariantes mantienen gran parte de la sintomatología que presentaba el virus desde el comienzo de la pandemia, pero la BQ.1.1. también puede causar taquicardia o afonía.
Desde su llegada a finales de 2020, la COVID-19 ha ido mutando y generando nuevas subvariantes —la última es la denominada BQ.1.1., también conocida como ‘perro del infierno’—. Cada una de ellas presenta una sintomatología propia y diferente de las del resto, aunque, por norma general, todas tienen una serie de rasgos comunes.
En el caso del ‘perro del infierno’, que ha ido cobrando fuerza en España desde principios de octubre, los síntomas más característicos son los siguientes:
- Taquicardia
- Afonía
- Diarrea
- Dolor de garganta
- Pérdida de apetito
- Cansancio
Todo ello, sumado a los habituales, que pasan por tener fiebre, sufrir dolor de cabeza y abdominal, neumonía, dificultades para respirar, náuseas, tos y congestión nasal.
Una variante “más complicada”
El ‘perro del infierno’, apodada así en honor al perro de Hades —el dios del Infierno—, es una subvariante de Ómicron del linaje BQ.1 que ha tenido un gran impacto no sólo en España, también en el resto de Europa. En este sentido, varios expertos han señalado que se debe al alto nivel de transmisibilidad que ha demostrado.
Los datos apuntan a que la capacidad de transmisión que ha desarrollado esta variante es de hasta un 10% más que las mutaciones BA.4 y BA.5. Asimismo, desde Alemania, el director de virología del Hospital Universitario de La Charité en Berlín, Christian Drosten, ha señalado se trata de una variante “más complicada” dado que “tiene un escape inmune adicional” .
Evolución de la epidemia
Cada semana, el Ministerio de Sanidad comparte una actualización del registro de casos de COVID-19 notificados. El último informe data del pasado viernes 9 de diciembre y señala un total de 17.828 nuevos positivos notificados, así como una incidencia acumulada de 158,04 a 14 días, tomando como referencia los datos de las personas mayores de 60 años.
En materia de ocupación hospitalaria, un 3,35% del total de camas ocupadas es para pacientes COVID y un 2,76% se encuentran en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Además, la campaña de vacunación sigue abierta y las personas de 60 o más años de edad, así como aquellas que formen parte del “grupo de población vulnerable” ya pueden acudir a que les administren la segunda dosis de recuerdo frente al virus.