Los alimentos que no deben meterse nunca en la nevera
Pan, chocolate, queso curado, tomates, jamón serrano, plátanos... son algunos de los alimentos que debemos mantener alejados del frío para que no pierdan sus propiedades.
Conocer el proceso de conservación de los alimentos hará que nos duren más y los comamos en su momento óptimo de madurez y sabor, para sacar todos los nutrientes. Comer los alimentos muy fríos nos deja sin sabor, lo que hace que todos nos sepa igual. Y es que hemos perdido la práctica de conservar los alimentos como se debe.
Las viviendas no tienen todas despensas, las cocinas no son tan grandes para tener fruta o verdura en la encimera, y si estás demasiado tiempo fuera de casa trabajando se pueden estropear. De la misma manera, la luz solar no es buena para los alimentos, y no siempre se puede tener la persiana baja. Es por eso que tener un lugar seco, sin que le dé la luz, es tan importante como consumir buenos alimentos para llevar una alimentación saludable. Y el verano que hemos pasado no ha contribuido a dejar nada fuera de la nevera, literalmente se podía derretir.
Los alimentos que no debes meter en la nevera
Si puedes evitarlo, y tu cocina es grande para poder dejar tapados alimentos, mejor que mejor, porque los consumirás en un estado óptimo de sabor. Y es que por ejemplo, los tomates, ahora que llega el otoño, no deben meterse en la nevera. En verano tampoco, pero es más difícil que aguanten más de dos días. Y es que no se meten en la nevera porque a bajas temperaturas el tomate pierde sus propiedades, ya que el frío modifica su proceso de maduración, altera el aroma y su sabor. Por eso todo nos sabe regular si lo sacamos de la nevera y nos lo comemos al instante. Los tiempos en cocina son importantes.
El jamón serrano debe conservarse en un lugar seco, sin luz a ser posible, y con una temperatura estable. No en la nevera. Con el jamón serrano ocurre lo mismo que con los tomates, si hay bajas temperaturas el jamón pierde el aroma y su sabor. Puedes estropear un jamón muy bueno por guardarlo donde no debes.
Con los quesos curados ocurre igual. Son el único queso que es mejor que no esté en frío, sí a oscuras, sí tapado, sí lejos de cambios de temperatura y de la luz. El frío altera las propiedades, haciendo que se reseque, se agriete y pierda gran parte del aroma y de su sabor.
Los plátanos, ese gran dilema. Deben quedarse a temperatura ambiente, y si vemos que se empiezan a pochar, empiezan a madurar más rápido de lo que deben, envolvemos la punta con papel film transparente y así ese proceso se ralentiza un poco.
El chocolate se estropea en la nevera, le sale una capa blanquecina y tiene menos sabor. Y es que las bajas temperaturas alteran sus propiedades y lo empeoran. Temperatura ambiente y alejado de la luz. Un buen cajón de chocolate o un mueble, y listo.
Si eres de los que guarda el pan en la nevera, has estropeado todo su sabor. Se debe guardar en un lugar seco, alejado de la luz, no en bolsa de plástico y sí de tela. Las paneras están para algo, pero volvemos al problema del espacio en las casas y cocinas.
Para no tirar comida, comer cada alimento en su momento óptimo, opta por productos de temporada, de cercanía, que tienen más sabor y se conservan mejor que los vienen desde miles de kilómetros y han madurado en un barco.