Las mejores patatas fritas de bolsa del mercado, según la OCU
El Gallo, Espinales y Perdi se posicionan como las mejores patatas fritas de bolsa que se pueden comprar en los supermercados.
Las patatas fritas de bolsa son uno de los aperitivos más comunes en España. Se pueden comer a cualquier hora, ya sea a la hora del vermut, como acompañamiento en una comida o cena o, incluso, como merienda.
Sin embargo, es importante escoger una buena marca de ‘chips’, teniendo en cuenta los ingredientes que utilizan, especialmente el tipo de aceite. Por eso, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), ha seleccionado cuáles son las tres mejores patatas fritas que se pueden encontrar en los supermercados.
El Gallo
Esta empresa de Cáceres lleva más de 80 años haciendo su receta artesanal de patatas fritas, la cual no incluye conservantes ni aditivos.
Dentro de las patatas de esta empresa, una de las virtudes son sus grosor y que son más aceitosas que el resto de las marcas. Sin embargo, a pensar de posicionarse como las mejores del mercado según la OCU, es prácticamente imposible encontrarlas fuera de Cáceres y sus alrededores, ya que se venden exclusivamente allí.
Espinaler
Esta empresa catalana nació en 1896 y desde entonces no ha parado de crecer, llegando a trasladar su éxito a otros países. Esto le ha llevado también a incorporar nuevos productos a su catálogo, como el vermut y la famosa salsa Espinales, cuyo origen data de 1946 y 1952.
Esta marca de conservas ha sido reconocida ahora por la calidad de sus patatas fritas que, tal y como explican en su página web, proceden de Soria y utilizan un aceite de oliva de primer nivel. Estos son los únicos ingredientes que utilizan para hacer las patatas de bolsa, por lo que también están libres de gluten.
Perdi
Perdi se dedica exclusivamente a la producción de patatas fritas desde los años 80 del pasado siglo. Desde entonces no han parado de distribuir este producto artesanal por las provincias de Huelva y Sevilla, aunque también hacen envíos a domicilio a otras partes de España.
Entre sus señas de identidad se encuentra la mezcla entre el aceite de oliva y de girasol, además del punto crujiente al que se fríen.