La sombra de Putin planea sobre Italia
Un diplomático ruso y el partido de Matteo Salvini se habrían reunido, creando la sospecha de que la caída de Draghi tiene su origen en Moscú.
La campaña electoral hasta las elecciones en septiembre en Italia tiene ya un primer protagonista. Y la posible injerencia política de Rusia. Habría habido contactos entre un diplomático ruso y miembros del partido de la Liga Italiana, de Matteo Salvini.
De hecho, La Liga de Matteo Salvini, Forza Italia de Silvio Berlusconi y Movimiento 5 Estrellas (M5S) tienen todos cierta relación con el Kremlin, y las sospechas no han hecho más que crecer, según ha publicado en exclusiva el diario La Stampa este jueves, momento en que se ha desencadenado la tormenta.
La pregunta de Rusia
Según el diario, un funcionario de la embajada rusa Kostyukov preguntó a un emisario de Salvini: ¿están dispuestos a dimitir los ministros de la Liga Norte? El alto funcionario ruso contactó con Antonio Capuano, consejero para las relaciones internacionales del partido, hombre muy próximo a Salvini.
Lo que quería saber, y preguntarle, es si su formación tenía la intención de retirar a sus ministros del Gobierno que apoyaba a Mario Draghi. La conversación, que fuentes del partido enmarcan en las normales labores diplomáticas, se produjo un mes antes de la dimisión del presidente del Gobierno.
Berlusconi también contactó con Rusia
El partido de Salvini se defiende, considera que las acusaciones son “tonterías”, aunque la tormenta mediática y política ya está desatada. Silvio Berlusconi ha entrado también en escena, ya que los servicios secretos tienen documentadas llamadas entre él y el embajador ruso. El ex presidente dice que le explicaban la verdad de la guerra.
Pero la presencia de Rusia en Italia va más allá. Según publicó el viernes La Repubblica, hace meses que aumenta el número de migrantes que salen de las costas de Libia bajo control de las milicias del general Jalifa Hafter, apoyadas por mercenarios del Grupo Wagner, organización paramilitar de extrema derecha de origen ruso.
“Libia es un cañón dirigido a la campaña electoral: la inmigración es quizás el arma más poderosa para quienes tienen interés en desestabilizar y, por tanto, interferir en el voto de septiembre”, señala al diario una fuente anónima de los cuerpos de seguridad. “Los beneficiados serán los que busquen el consenso agitando el coco de la invasión migratoria frente a los votantes: en primer lugar, Matteo Salvini”, apunta La Repubblica.