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La razón por la que una centenaria vacuna puede ser clave contra enfermedades infecciosas
Un estudio publicado en ‘Cell Reports Medicine’ revela que la vacuna BGC entrena al sistema inmunológico para responder a enfermedades infecciosas, y puede beneficiar a personas con diabetes tipo 1.
La primera dosis de la vacuna contra la tuberculosis fue administrada en el año 1921, en el Hospital de la Charité en París, por vía oral al bebé de una madre fallecida por TBC poco después del parto, según informa la Asociación Española de Pediatría.
Cien años después, esta vacuna conocida como vacuna Bacillus-Calmette-Guerin (BGC) podría ser fundamental para la lucha contra diferentes patógenos. Un estudio publicado en la revista ‘Cell Reports Medicine’ informa sobre los resultados de un estudio realizado en el año 2020, antes del comienzo de la pandemia por coronavirus. Una investigación que comenzó después de que los científicos observaran años atrás que esta dosis tiene amplios efectos sobre el sistema inmunitario.
Una capacidad que le permitiría a esta vacuna responder a una variedad de enfermedades infecciosas, incluyendo virus, bacterias y parásitos. En este estudio, los científicos evaluaron tanto la seguridad como la eficacia de esta vacuna para la prevención de la COVID-19 y otras enfermedades infecciosas en 144 pacientes con diabetes tipo 1. De todos ellos, dos tercios de los participantes recibieron tres dosis de BCG antes de la infección por COVID, mientras que el resto recibió inyecciones de placebo.
Por otro lado, un grupo de científicos examinó las infecciones por COVID-19 entre los participantes durante 15 meses, antes de que se les administrara la vacuna contra el SARS-CoV-2. Los resultados obtenidos mostraron que un 1% de las personas que recibieron la vacuna BGC (una persona de un total de 96) se infectaron por coronavirus, en comparación al 12,5% de los pacientes (seis personas de un total de 48) que recibieron las dosis de placebo y que desarrollaron COVID.
Los autores del estudio recogieron que la dosis de BCG es segura y tiene una eficacia del 92% frente al placebo contra la COVID-19, aunque hicieron hincapié en la necesidad de obtener vacunas de plataforma seguras y eficaces para proteger contra el COVID-19 y otras enfermedades infecciosas. “La eficacia tarda 1-2 años en manifestarse, pero la protección puede durar décadas”, sostuvieron.
“Los resultados son tan espectaculares como los de las vacunas de ARNm”
El estudio se centró en los pacientes con diabetes tipo 1 al ser pacientes con un sistema inmunitario más susceptible. Así lo corroboró la doctora Denise Faustman, autora principal del estudio y directora de inmunobiología del Hospital General de Massachusetts. “Los resultados son tan espectaculares como los de las vacunas de ARNm de Moderna y Pfizer”
Además, explicó algunos de los importantes efectos observados en el estudio tras la administración de la dosis de BGC. “Vimos una importante disminución de las infecciones de la vejiga, menos gripe y menos resfriados, menos infecciones de las vías respiratorias y menos infecciones de los senos paranasales que los diabéticos padecen mucho”.
Por otra parte, manifestó que esta vacuna podría hacer que la respuesta inmunitaria del paciente “esté más alerta, más preparada, y no esté debilitada”. Asimismo, otros expertos como el doctor Mihai Neta, del Centro Médico de la Universidad Radbot en los Países Bajos, alabó los resultados del mencionado estudio aunque también instó a la cautela. “Son resultados muy sólidos”.