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La razón por la que algunos animales cambian de color

Gracias a la iridiscencia la tonalidad de algunos animales puede variar. Además, sirve como un mecanismo para protegerse de los depredadores.

A dragonfly was seen in Beddagana Wetland Park in Colombo, Sri Lanka, on February 11, 2023. Beddagana Wetland Park is located in the heart of the administrative capital, Sri Jayewardenepura Kotte, and is minutes away from the hustle and bustle of the city. The park's location within the declared Sri Jayewardenepura Kotte Bird Sanctuary and highly urban built environment sets the stage for its paradigmatic importance. This 18-hectare territory is home to many aquatic birds and many other faunal species, such as butterflies, dragonflies, and mammals native to Sri Lankan and Asian wetlands. Apart from that, this marsh area is a popular stopover for migratory birds. During the migratory season, one can see large flocks of shorebirds or waders, such as plovers and sandpipers. (Photo by Thilina Kaluthotage/NurPhoto via Getty Images)
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Dentro del enorme espectro del reino animal encontramos algunos que cuentan con una característica especial: la de cambiar de color y brillar. Es el caso, por ejemplo, de los escarabajos, que cuentan con una extensa gama de colores metálicos para su cuerpo. Una coloración que se produce debido a un fenómeno, la iridiscencia, por el que según las propiedades de una superficie, la luz se refleja de una forma diferente. En ello influye el ángulo en el que incida, dando lugar a diversos colores.

Un fenómeno que, a lo largo de los años, se ha ido desarrollando en diferentes familias de animales: insectos como las libélulas y los citados escarabajos o aves como los estorninos o los colibrís. ¿Pero, a qué se debe esta coloración? Es algo que siempre ha despertado el interés de los expertos. Entre ellos, la doctora Karin Kjernsmo, de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Bristol. Su equipo, como explica National Geographic, ya había conseguido descubrir que la iridiscencia puede actuar como un eficiente camuflaje.

Pero ahora un nuevo estudio revela por qué esta forma de coloración puede llegar a ser una buena estrategia para escapar de los potenciales depredadores. El informe, titulado ‘Beetle iridescence induces an avoidance response in naïve avian predators’, ha sido publicado en la revista Animal Behavior. En él se explica que la iridiscencia, además del brillo de algunos animales, puede tener una función protectora.

Engañar al ‘enemigo’

De esta forma, actuaría como una especie de coloración de advertencia engañosa para los depredadores. Algo que ocurre de forma similar en algunos animales, que con ello muestran que son tóxicos: es lo que se conoce como aposematismo.

Con el objetivo de comprobar si, además del camuflaje, la iridiscencia les podía otorgar algún beneficio de supervivencia a las presas tras ser detectadas, se llevó a cabo un experimento. Expusieron a diferentes escarabajos, tanto iridiscentes como no iridiscentes, y de colores mates y brillantes, ante sus depredadores: aves sin mucha experiencia ante estas presas.

Tras ello pudieron observar la predisposición de las aves a atacar a unos u otros insectos. El resultado, el siguiente: la iridiscencia y el brillo reducían el interés de las aves a atacarlos. “Uno de los desafíos al estudiar las funciones de una coloración estructural tan altamente reflectante ha sido separar los efectos de la variabilidad de los colores, el sello distintivo de la iridiscencia, de los efectos de simplemente tener múltiples colores al mismo tiempo”, anuncia Kjersmo.

También se buscaba, añade, “separar los efectos del brillo de los efectos de la iridiscencia”. Y en relación a esto, asegura que por primera vez se ha conseguido “comprobar de manera efectiva y por separado la influencia de cada uno de estos efectos a la hora de proteger a las presas incluso después de la detección”.