La policía japonesa busca a un mono que agredió a 14 personas
La última víctima fue una niña de 4 años el 17 de julio, que ha aumentado, a casi una quincena, el número de afectados.
Un mono entra en varias casas y colegios de una ciudad y ataca a sus habitantes. Seguramente podría parecer la trama de una película. Sin embargo, esto es lo que están sufriendo los habitantes de la ciudad de Yamaguchi, al oste de Japón.
El pasado 17 de julio, un mono salvaje abrió la mosquitera de un apartamento y entró por la ventana en el distrito de Ogorishinmachi en torno a las 6:50 de la mañana. El primate, una vez dentro, arañó a una niña de 4 años en la pierna, causándole lesiones leves. La madre de la niña ha contado, en una entrevista a la televisión local, que cuando escuchó el llanto de la niña fue a mirar y “había un mono tirando de ella por el suelo como si tratase de llevársela”.
El mismo día, el mono atacó a otras cinco personas en ese mismo distrito, cerca del apartamento de la joven, mordiendo partes de sus cuerpos, como el cuello e, incluso, en el estómago. También se ha colado en un colegio y en una guardería, en donde ha mordido a uno de los alumnos en un pie.
La policía está tratando de encontrar al simio, que, en menos de 10 días, ha atacado a 14 personas. Según destaca la Policía de la Prefectura de Yamaguchi, varias personas han sufrido arañazos y han sido mordidas por un mono desde el 8 de julio.
Los agentes recomiendan a los habitantes de la ciudad que cierren sus ventanas, según The Times, para evitar que el animal, de unos 50 cm de altura, siga hiriendo a más personas.
¿Cómo son los monos salvajes?
En Japón es habitual encontrar monos en parques en libertad que, con el tiempo, se han ido convirtiendo en un atractivo turístico y en una de las mejores actividades para hacer con niños para los turistas que visitan el país nipón.
Estos monos forman parte de la cultura japonesa. Se estima que hay cerca de 100.000 macacos salvajes en el país y es habitual que se escapen, sobre todo hacia los pueblos o ciudades.
Los monos salvajes son considerados un tesoro nacional. Son macacos con la cara roja y con el pelo semi-largo, conocido como nihonzaru o mono de nieve.
Suelen formar pequeños grupos para proteger a sus crías y se adaptan perfectamente al clima del país, soportando el calor y la humedad en verano, y haciendo frente a las bajas temperaturas en invierno gracias al espeso manto lanoso que le cubre todo el cuerpo.