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La policía belga registra la sede del Partido Popular Europeo

La operación forma parte de una investigación en curso por presunta corrupción al líder de la CDU en la alemana región de Turingia

Parlamento Europeo
DPA vía Europa Press

La escena que se ha vivido esta mañana en la sede en Bruselas del Partido Popular Europeo ha pillado a muchos por sorpresa, incluso dentro de la formación. Y es que varios efectivos de un equipo combinado de las policías belga y alemana han llevado a cabo un registro del cuartel general del principal grupo del parlamento de la UE. Todavía no se tiene información demasiado detallada debido a que las indagaciones están en curso, pero todo parece indicar que se trata de un caso de corrupción.

No obstante, este supuesto delito no salpicaría a nadie directamente conectado con el organigrama actual del partido. El investigado sería el líder del partido democristiano alemán CDU de la región de Turingia. La intervención en el edificio se debe a que Mario Voigt, la persona bajo sospecha, fue el máximo responsable de la campaña online de los Populares para las últimas elecciones al parlamento, en 2019.

Fuentes internas de la formación han asegurado que la situación se ha vivido con tranquilidad, y que se prestan a colaborar con total transparencia para esclarecer el asunto. Así lo han hecho saber a través de un comunicado publicado justo después del registro. Pero en el texto, también se advierte que el PPE se abstendrá de hacer más comentarios o valoraciones al respecto, al menos por el momento.

Malos tiempos para la democracia cristiana

La CDU es, junto con el socialdemócrata SPD, el principal partido de la historia política alemana reciente. Durante años han ostentado el poder en sucesivos (y sorpresivos) gobiernos de coalición con sus rivales de centro-izquierda, en un ejecutivo donde los moderados hicieron piña en aras de garantizar la estabilidad del país y minimizar la capacidad de impacto de formaciones más disruptivas.

La última vez que estuvo en el poder fue con la todopoderosa canciller Angela Merkel. No obstante, el centro-derecha no pasa por un buen momento. En las elecciones generales de 2021 dejaron de ser la primera fuerza tras ser adelantados por sus antiguos socios del SPD. Ya como actores principales, los socialistas dieron la espalda a la CDU y formaron un gobierno alternativo conocido como “semáforo” (con Liberales y Verdes).

En Turingia, la situación democristiana tampoco es demasiado halagüeña. Es uno de los territorios alemanes más escorados a la izquierda, con un gobierno regional liderado por Die Linke (el partido a la izquierda de la socialdemocracia), en coalición con el SPD y Los Verdes. Por lo tanto, de confirmarse este escándalo y la implicación Mario Voigt, podrían venir tiempos aún más convulsos para una plataforma que no ha sabido hacer una transición hacia un modelo que minimice los efectos negativos de la sonada ausencia de Merkel y su sombra alargada.