La ciudad que prohíbe anunciar carne
El Ayuntamiento de Haarlem (Países Bajos) prohibirá la publicidad de productos cárnicos que procedan de la gran industria, lo que incluye los restaurantes de comida rápida.
La ciudad holandesa de Haarlem ha decidido que no se hará publicidad de carne en sus calles. Como ya han hecho otras ciudades holandesas con anuncios de aerolíneas y combustibles fósiles, Haarlem quiere reducir el calentamiento global prohibiendo la publicidad de productos cárnicos, una medida que entrará en vigor en 2024, según EuroNews.
Habrá algunos tipos de carne que sí se podrán anunciar. Ziggy Klazes, concejal del partido GroenLinks que presentó la moción, aseguró al medio citado que la intención de su formación es prohibir “solo la carne que proviene de la gran industria cárnica, la agricultura industrial” (en la que entran los restaurantes de comida rápida) en espacios publicitarios controlados por las autoridades locales, como las paradas de autobús o las marquesinas. “No tenemos ningún problema con los ganaderos que producen carne a muy pequeña escala, ni tampoco con quienes comen carne. Solo queremos que la gente tome la decisión correcta, que no escoja carne producida a bajo precio, que luego cuestan muchos gases que calientan el planeta”, explicó Klazes.
La moción se presentó en noviembre de 2021 y el consejo de la ciudad lo aprobó hace tan solo unas semanas, pero todavía se está estudiando la legalidad de un plan que no tiene precedentes en todo el mundo. Klazes explicó a la agencia EFE que a pesar de los avances “aún no se ha ejecutado la medida” y que el Consistorio está contemplando su viabilidad.
“Lo que significa que ahora el municipio debe averiguar qué se necesita para ejecutar esta moción. Por lo tanto, ni siquiera es seguro que sea legalmente posible prohibir la publicidad de la industria cárnica (solo de la carne procedente de las macrogranjas, no de la ganadería extensiva). Así que todavía estamos en el proceso”, señaló.
Los comercios locales podrán anunciar sus productos
La alarma saltó en Haarlem: algunas tiendas creyeron que ya no podían anunciar salchichas, que los carniceros debían quitar los carteles de sus fachadas y que los supermercados no publicitarían sus promociones de productos cárnicos. El partido ultraderechista (FvD) incluso hizo preguntas parlamentarias sobre lo que consideró una “prohibición dictatorial”.
Pero ese no es el caso, clarifica Klazes, porque esto solo afectaría a la cría industrial de animales, y a los anuncios solo en las decenas de marquesinas donde el municipio alquila espacio para la publicidad, y no afectará a los empresarios de la ciudad, como las carnicerías o los puestos de salchichas. Lo interesante, dice, es que está recibiendo llamadas desde muchos países con preguntas sobre esta moción, lo que en realidad ha abierto un debate “necesario” fuera y dentro de Países Bajos.
“Teniendo en cuenta que Haarlem realmente se toma en serio la crisis climática, sus residentes no deben estar tentados a involucrase en un comportamiento que contribuya a una exaración acelerada de la crisis climática”, explica el documento presentado por Groenlinks. “Estos anuncios de carne se oponen completamente a los objetivos climáticos de la ciudad, como la reducción de las emisiones de CO2″, señalan.