La ciencia explica cómo debe ser la amistad
Las redes sociales nos hacen creer que cuántos más amigos tengamos, más queridos seremos. Pero los expertos difieren con estas teorías.
¿Cómo debe ser la amistad? ¿Cuántos amigos debe tener una persona? La cuestión es compleja. En ocasiones tendemos a relacionar la calidad de la amistad con la cantidad de amigos que tenemos. También con la cercanía, la cantidad de tiempo que dedicamos a nuestras amistades o la dependencia que tenemos de ellas. Nada más lejos de la realidad.
“Muchos modelos relaciónales que vemos en las típicas series de amigos, trasladados a la vida real, resultarían tóxicos porque suelen ser círculos muy cerrados, con muy poca intimidad para sus miembros y con una especie de pacto implícito que impide crecer más allá del grupo. Y la realidad es infinitamente más versátil, dinámica y cambiante”, explica a ICON la psicóloga clínica Violeta Alcocer. Esta se refiere a las series que más éxito han tenido en las últimas décadas, como Friends o Big Bang Theory.
Como asegura la psicóloga clínica María Hurtado, “los amigos reales se pueden contar con los dedos de una mano”. La sociedad, y en especial las redes sociales, nos preparan para tener gran variedad de amigos o seguidores. Según un estudio de 1990 del psicólogo y biólogo evolucionista Robin Dunbar, los humanos podemos manejar hasta 150 relaciones sociales, pero solo cinco de ellas llegan a ser profundas. Y otros estudios citados por El País señalan que solo necesitamos de tres a cinco buenos amigos para disfrutar de una vida social plena. ¿Por qué, entonces, tenemos tanta gente en nuestras redes sociales?
Las redes y la amistad
“El principal problema de nuestra sociedad es que se está inculcando la idea de que cuantos más amigos se tengan mejor. Por eso se le da tanta importancia a los Me gusta y al número de seguidores que se tienen en las redes sociales. Se valora la cantidad más que la calidad cuando debe ser todo lo contrario”, señala Hurtado.
“El interés de los últimos años por tener muchos amigos virtuales y me gusta en realidad no es una necesidad que nazca del propio individuo para fomentar su bienestar (de hecho, no fomentan el bienestar sino todo lo contrario), sino el resultado de una manipulación de la que sí tenemos datos y evidencias. Desde el punto de vista de la salud mental, lo ideal es restringir el uso de las redes sociales y priorizar las relaciones reales, las conversaciones cara a cara y las amistades sanas, aunque sean pocas”, señala, por otro lado, Alcocer.
Ahora bien ¿es necesaria una amistad más “superficial”? Las dos psicólogas creen que es importante tener amigos con los que se puede bromear con confianza, pero sin profundizar en asuntos íntimos. “A medida que vamos creciendo vamos aumentando el número de relaciones y entran en juego amigos, parejas y más adelante jefes, compañeros de trabajo o clientes. Todas ellas son determinantes en nuestra vida”, explican.
Para los expertos, la verdadera amistad es “un amigo que escucha, que aporta soluciones a nuestros problemas sin juzgarnos, es sincero y nos perdona si alguna vez cometemos errores”. En cambio, “aquellos que se acercan por el interés, te ven como un rival, no están cuando se les necesita o desvelan tus confidencias no son verdaderos amigos”.
¿Cómo afecta el paso del tiempo a las amistades?
Es común que, con el paso del tiempo, las amistades más cercanas se alejen o incluso se acaben, pero también puedes retomar una amistad al cabo de los años. En todo caso, no es algo malo que perdamos amigos, pues las amistades suelen ir sustituyéndose de forma progresiva. “La amistad y sus formas evolucionan según las necesidades individuales y el momento vital que se está atravesando. A medida que cambia nuestro estilo de vida predominan los amigos independientes que vamos conociendo en diferentes ámbitos, así como distintos grupos afines a nuestra situación actual con los que adquirimos incluso más calidad relacional”.
El tiempo, en todo caso, es un elemento indispensable para forjar una buena amistad. Hay que pasar tiempo con los amigos para crear un lazo duradero. Según Jeffrey A. Hall, profesor de la Universidad de Kansas, se necesitan en torno a 200 horas con alguien para conseguir cercanía e intimidad con la que se forja una amistad. Ahora bien, si queremos tener cinco buenos amigos, la inversión alcanza las 1.000 horas, es decir, casi 42 días.