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Jevi Valdivia: “A la gente se le llena la boca de solidaridad, pero cuando les toca de cerca, miran para otro lado”

El ‘muro educativo’ es una enorme barrera para las personas con discapacidad. Los datos son demoledores, aún más si se contrastan con los testimonios.

Virginia Lozano, en el Campeonato de España de slalom en silla de ruedas.
Virginia Lozano

En España, hay 4,3 millones de hombres y mujeres. Esta es la cifra total de personas con discapacidad, que se enfrentan diariamente a muchas barreras que superar.

La educativa es una de las más llamativas. En este sentido, las dificultades para poder acceder a cursos superiores se multiplican, y sufren muchas trabas a la hora de poder acceder a un nivel académico mayor. De hecho, en muchas ocasiones, no pueden lograrlo.

Así lo reflejan los datos del Ministerio de Educación. En su informe sobre “el alumnado con necesidad específica de apoyo educativo”, apenas el 1,4% logra llegar a carreras universitarias. Además, en la FP, la situación es todavía peor, ya que solo el 0,6% son personas con discapacidad.

En base a este informe, la responsable de Educación Inclusiva en Plena Inclusión, Inés Guerrero, recalca que “hay que dar muchos pasos y sí se está avanzando en torno a la inclusión en el sistema educativo obligatorio, pero no se tiene para nada en cuenta a las etapas obligatorias ni los apoyos necesarios, y ahí tenemos dificultades enormes”.

Aún así, los datos no reflejan la realidad que viven muchas personas en nuestro país. Ellas y sus familias, que, en el día a día, experimentan la falta de apoyos, ya sea por parte de centros educativos, profesores o compañeros.

Virginia Lozano, un auténtico ejemplo de superación

No solo hay dificultades a nivel educativo, también a nivel social, ya que no se trata de forma igualitaria a las personas con discapacidad. Así relata al Diario AS su experiencia Virginia Lozano, que ha llegado a graduarse en un máster de MBA en Comunicación Corporativa y Digital y Especialización en Marketing Digital.

En su caso, destaca el trato recibido por parte de sus compañeros, que a pesar de no ser vejatorio, sí era de indiferencia, perjudicando sus relaciones sociales.

Virginia Lozano, una auténtica inspiración.
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Virginia Lozano, una auténtica inspiración.Virginia Lozano

“Era más una indiferencia. En los recreos no estaba con nadie, o cuando en la ESO, empiezas a salir los viernes, con tus amigas y demás. No me llamaban para salir…. No se metían conmigo, directamente, pero era más como indiferencia y, bueno, eso, no llamarme o dejarme sola en los recreos”, relata.

Sorprende la actitud de Virginia ante esta “indiferencia”, ya que ella misma admite que lo ha terminado normalizando, y si ella ha sufrido por esto, ha sido por el dolor que a sus padres les producía, según cuenta.

“Era más duro para ellos que para mí, porque lo terminé normalizando de alguna manera, algo que evidentemente no era normal, pero claro, ellos que lo viven desde fuera, era muy duro. Hablaban con profesores para que los niños me integrasen, pero los niños son niños, y cada uno actúa como considera. Eso es lo más duro que han tenido que vivir ellos”, apunta Lozano.

Es cierto que el trato mejora en la universidad, pero relata que, a la hora de hacer planes fuera de las aulas, la situación era completamente distinta, y no se sentía integrada con sus compañeros. Precisamente, en la conversación que se ha mantenido con ella, uno de los aspectos que AS quería conocer es si la sociedad trata de forma diferente a las personas con discapacidad.

“Muchas veces la gente no sabe cómo tratar a gente con algún tipo de discapacidad. Cuando entré en la universidad, de primeras no se nota, porque tenemos 18 años y esa madurez se nota, pero sí que, durante la etapa universitaria, me he visto excluida de actividades fuera de la universidad. Muchas veces, se tiende a hacer discriminación positiva”, expresa durante la conversación.

Virginia Lozano, en acción durante una competición.
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Virginia Lozano, en acción durante una competición.Virginia Lozano

A pesar de que ha tenido altibajos y momentos duros, siempre ha mirado hacia adelante, nunca ha bajado los brazos. De hecho, forma parte del equipo español de slalom, dando muestras de un gran espíritu de superación, siendo una auténtica inspiración para muchas personas en su situación.

Este es un caso excepcional, ya que, en cuestión de pocos meses, se convirtió en la primera de España en su disciplina que, por cierto, todavía no es considerada como paralímpica, pero, ¿cómo se realiza esta modalidad en silla de ruedas?

“Es como un circuito de obstáculos, en silla de ruedas. Se ponen como una especie de pivotes y tienes que hacer un circuito fijo que es siempre igual. Luego hay nueve circuitos que son variables. Este año, fue mi primer campeonato, quedé primera de España en categoría y me llevé el récord de España. Este mes, me han llamado para los juegos del mundo en Portugal y con la selección española”, explica.

Virginia Lozano pertenece al equipo español de slalom en silla de ruedas.
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Virginia Lozano pertenece al equipo español de slalom en silla de ruedas.Virginia Lozano

Jevi Valdivia, testigo de la discriminación educativa

Otro de los testimonios es el de Jevi Valdivia. Oriundo de Jaén, realizó una FP y nos cuenta cómo por su enfermedad, osteogénesis imperfecta (trastorno genético en el que los huesos se rompen con facilidad), el centro en el que estudió le ha puesto algunas barreras.

Valdivia lo tiene claro. En la conversación, desvela algunos detalles que demuestran que, aunque el centro era conocedor de su condición, no se mostraban demasiado preocupados por adaptarse y ayudarle en su día a día.

“Noté mucha despreocupación. En el sitio que estudiaba, había dos entradas, una con escaleras y otra con una rampa. Ir por esa entrada, que es la que me correspondía por el curso, a mí me suponía un riesgo y decidí ir por esa entrada (la de la rampa), no le dije nada a nadie y entraba por la otra, y pensaba “bueno, no creo que ocurra nada”. Iba yo solo siempre”, apunta.

Jevi Valdivia cuenta algunas situaciones vividas acerca de la FP que ha estudiado.
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Jevi Valdivia cuenta algunas situaciones vividas acerca de la FP que ha estudiado.Jevi Valdivia

“Un día, el jefe de estudios me encuentra, me grita el pasillo y me pregunta por qué entro por esa puerta. Le explico mi situación y se puso que no podíamos porque el COVID, estábamos separados por grupos… Yo le dije “lo respeto, pero llevo mi mascarilla, tengo distancia de seguridad, gel hidroalcohólico”. Entonces, no entiendo qué problema hay, teniendo en cuenta el riesgo que me supone ir por la otra puerta”, sigue.

“Entonces me pregunta si no subía por más rampas, por Jaén y le digo que sí. Me dice que qué más me da subir otra más. Fue como, pero vamos a ver, todo el riesgo que me pueda ahorrar, ¿me lo ahorro?”, expresa.

Ya no era solo el jefe de estudios, uno de los máximos responsables de este lugar, el que le ponía problemas. En algunas ocasiones, sus propios profesores no eran de mucha ayuda.

“El tema de clase telemática lo podía llevar, pero a veces era complicado porque había días que estaba en el MIT conectado esperando para que se conectaran, y había días que no aparecían. Yo avisaba a un compañero y le decía “oye, avisa a la profesora que estoy aquí”, relata.

Jevi Valdivia ha sufrido muchas trabas educativas a causa de su discapacidad.
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Jevi Valdivia ha sufrido muchas trabas educativas a causa de su discapacidad.Jevi Valdivia

“No podían, porque si avisaban, la profesora entendía que estaban con el móvil y les caía a ellos la bronca, lo cual me parece un poco surrealista, porque vale, si no te vas a acordar de conectarte, al menos, permite que alguien de la clase tenga el móvil encendido para que le avise y pueda avisar”, comenta.

La discapacidad, hoy en día, puede llegar a ser un tema tabú en la sociedad. El protagonista reivindica más apoyo por parte de todos. No se corta. Es muy crítico, en ocasiones se le nota indignado, y pone el foco en un punto fundamental.

“Creo que a la gente se le llena siempre mucho la boca de solidaridad, pero luego, cuando les toca de cerca, miran para otro lado. Me parece muy triste, porque no es una situación que elijamos y estaría bien un poco de ayuda. Si encima venimos de una pandemia en la que se han implementado que en el año que estuvieron eran válidas, y te preparaban perfectamente sin tener que ir a clase, se debería aplicar en estos casos”, apuntaba.

Mismo centro, diferente trato

En una circunstancia parecida, se encuentra el hijo de Macu Blanco, con síndrome de Down y que está realizando una FP de Dependencia. Esta no era su opción, ya que su deseo era el de realizar Educación Infantil, que no ha podido realizar, como nos cuenta a continuación.

“Nosotros pensábamos que, como es el mismo centro, iba a ser una continuidad a lo que teníamos. Resulta que es diametralmente opuesto, no tienen el más mínimo interés por nadie con discapacidad intelectual. No hay ningún tipo de apoyo ni medida, no tiene educación infantil de grado medio, porque no existe. Tiene que hacer cualquier módulo de FP de grado medio, con tal de poderlo terminar para poder pasar a superior”, se queja.

“Entonces, claro, son dos dificultades porque él no hubiera elegido dependencia, porque quizá no es lo que más se le puede dar mejor, pero no tiene más remedio porque es lo que le piden para poder pasar a superior, tener aprobado media, evidentemente. No entiendes muy bien qué hace ahí, y costó mucho, porque ellos consideran que hay que hacer adaptaciones metodológicas”, revelaba.

Macu Blanco señala la falta de formación en FP

Otra de las cuestiones que se desprenden de la charla es conocer si han hablado con el centro en el que está su hijo y saber si se van a producir mejoras. En este sentido, a pesar de que elogia los avances que se han hecho, pone el foco en el que cree que es el problema principal: la falta de formación por parte de los educadores.

Considera que a los alumnos de Formación Profesional se les orienta de forma directa al empleo, lo que genera unas lagunas importantes a la hora de realizar una correcta formación académica. Además, que el período de tiempo sea menor es una de las causas que hacen que se produzca esta situación.

“FP han decidido que tienen que enfocarse inmediatamente al empleo y que lo que intentan es que sepan hacer todo desde el principio para que puedan trabajar. Lo que intentamos ver y en la nueva ley sí lo recoge es que no sea simplemente una orientación inmediata al empleo, sino que realmente fuera un periodo de formación mucho más largo, con lo cual se le diera paso a la discapacidad intelectual a poder acceder a tener estudios de grado medio y poder acceder a la FP superior”, comunica.

Unas reivindicaciones que pueden ser satisfechas

Las reivindicaciones son una constante por todos los entrevistados. La nueva Ley puede ser una gran ayuda para todos los afectados, tanto personas con discapacidad como familias. Sin embargo, esto no se queda aquí. La mentalidad de la sociedad es uno de los puntos clave para llevar a cabo estos cambios. Es el momento de que no se mire “hacia otro lado”, como dice Valdivia, y que se acabe la “indiferencia” que han sufrido personas como Lozano, solamente por el hecho de tener una discapacidad. Es la hora de ponerse al día y ayudar a que haya una mayor presencia en cursos superiores, y se pueda romper el conocido como ‘muro educativo’.