Japón ejecuta en la horca al asesino de Akihabara
Se trata de uno de los hitos más trágicos de la historia nipona y, aunque la sentencia del acusado se firmó en 2011, hasta 2015 no fue firme.
Este martes, Japón ha ejecutado a Tomohiro Kato, también conocido como el “asesino de Akihabara”, 14 años después de que irrumpiera con un camión en el núcleo comercial tecnológico de Akihabara y matara a siete personas, además de dejar a otras siete heridas.
Así lo ha comunicado el ministerio de Justicia nipón con una rueda de prensa de su máximo representante: el ministro Yoshihisa Furukawa. Este ha indicado que la ejecución se ha llevado a cabo en el centro de detención de Tokio.
Kato, de 39 años de edad, fue condenado a la horca de 2011, aunque los sucesos que lo llevaron a la misma sucedieron en junio de 2008, cuando irrumpió, pasadas las doce del mediodía, en la concurrida zona comercial de Akihabara conduciendo un camión. Con él, atropelló a cinco personas, de las cuales tres fallecieron. A continuación, abandonó el vehículo y apuñaló a varios transeúntes, de los que cuatro perdieron la vida.
Es uno de los acontecimientos más trágicos de la historia de Japón
El suceso es uno de los más trágicos de la historia nipona y ha pasado al imaginario popular como la “masacre de Akihabara”. Kato fue detenido en el lugar de los hechos poco después de que estos ocurrieran y les confesó a las autoridades que había ido “a Akihabara para matar gente, no importaba a quién matara”, según recoge la agencia de noticias AFP.
“Este es un caso muy doloroso que tuvo consecuencias gravísimas y conmocionó a la sociedad”, ha expresado el ministro de Justicia, que, además, ha explicado que Kato hizo una “preparación meticulosa” del ataque.
La sentencia no fue efectiva hasta 2015
La sentencia de muerte, ha explicado Furukawa, “fue alcanzada mediante suficiente deliberación de la corte” y, como consecuencia, el mismo ministro aprobó la ejecución “después de un escrutinio extremadamente estricto”. Y, aunque esta se dictaminó en 2011, no fue hasta 2015 que se hizo efectiva, dado que la Defensa no dudó en recurrir hasta que el Tribunal Supremo le denegó la apelación.
Por su parte, los abogados de Kato alegaban que el acusado no se encontraba en control de sus facultades, puesto que, en ese momento, sufría estrés psicológico severo, de acuerdo a las informaciones de la agencia Efe, ante la posibilidad de que este perdiera su empleo.