Harvard da la clave para evitar la COVID persistente
Los investigadores han estimado que las mujeres que siguen una vida saludable tienen menos posibilidades de desarrollar COVID prolongado.
Un grupo de investigadores de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan Universidad de Harvard han dado con la clave para protegerse de los efectos de la COVID persistente: llevar un estilo de vida saludable antes de contraer la enfermedad. Así lo recogen en el estudio que han publicado este mes de febrero en la revista JAMA Internal Medicine.
Para llegar a esa conclusión, han llevado a cabo un estudio con los datos de más de 32.000 enfermeras que contrajeron el SARS-CoV-2 entre abril de 2020 y noviembre de 2021 y que informaron acerca de sus hábitos saludables en torno a los años 2015 y 2017.
De todas ellas, 1981 estuvieron enfermas a causa de la COVID-19. De todas ellas, sólo un 44% —es decir, 871— terminaron por desarrollar COVID persistente. En este sentido, señalan los científicos que “el estilo de vida saludable se asoció con un menor riesgo de PCC —condición posterior a COVID-19—”, pero de manera dependiente al nivel de vida saludable que estas llevaban.
Para los científicos, llevar un buen estilo de vida pasa por:
Y, aquellas mujeres que seguían cinco o seis de estas pautas, “tenían un riesgo 49% menor” de sufrir COVID persistente.
30% menos de riesgo de que interfiera en su día a día
Esa no es la única conclusión a la que han llegado. Los expertos también han expresado que, incluso si desarrollaban COVID persistente, aquellas que han llevado un estilo de vida saludable han mostrado un 30% menos de riesgo de tener síntomas que les interfirieran en su día a día.
Y también han llegado a la conclusión contraria: un estilo de vida poco saludable conlleva un mayor riesgo de contraer COVID persistente. Ello se debe a que existen más posibilidades de que el organismo sufra inflamación crónica y desregulación inmunitaria. Dos patologías relacionadas con un riesgo más alto de COVID prolongado.
“Una grave carga para la salud pública”
“Con las continuas oleadas de COVID-19, el COVID persistente ha creado una grave carga para la salud pública. Nuestros hallazgos plantean la posibilidad de que la adopción de comportamientos más saludables pueda reducir el riesgo de desarrollar COVID largo”, afirma Andrea Roberts, investigadora científica principal del Departamento de Salud Medioambiental y autora principal del estudio, publicado en la revista JAMA Internal Medicine.