NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

ACTUALIDAD

Descubren fosilizado el corazón más antiguo visto nunca

El descubrimiento de los fósiles del corazón, intestino e hígado de un pez prehistórico puede ayudar a arrojar luz sobre la evolución de nuestro cuerpo.

A fossil of an ancient armored fish, called an arthrodire, that lived 380 million years ago in the Gogo Formation in Western Australia's Kimberley region, and includes the oldest-known fossil of a vertebrate heart, is seen at the Western Australian Museum in Perth, Australia, September 8, 2022.  Curtin University/Handout via REUTERS  ATTENTION EDITORS - THIS IMAGE HAS BEEN SUPPLIED BY A THIRD PARTY. NO RESALES. NO ARCHIVES
Curtin Universityvia REUTERS

Un grupo de investigadores ha descubierto un corazón de 380 millones de años, el más antiguo jamás encontrado, junto con un estómago, un intestino y un hígado fosilizados en un antiguo pez con mandíbulas. El hallazgo, publicado en la revista Science, arroja nueva luz sobre la evolución de nuestro propio cuerpo.

La investigación ha descubierto la posición de los órganos en el cuerpo de los artrópodos, que tenían el corazón en la boca: “Estos peces tenían literalmente el corazón en la boca y bajo las branquias, como los tiburones actuales”, según Kate Trinajstic, la investigadora principal y catedrática de la Escuela de Ciencias Moleculares y de la Vida de la Universidad de Curtin y del Museo de Australia Occidental.

Los fósiles fueron hallados en piedras calizas de la formación Gogo, en la región de Kimberley en Australia Occidental. Se trata de un descubrimiento notable, ya que los tejidos blandos de las especies antiguas rara vez se conservaban y que era aún más raro encontrar una conservación en 3D. “Por primera vez, podemos ver todos los órganos juntos en un pez con mandíbula primitiva, y nos sorprendió especialmente saber que no eran tan diferentes de nosotros”, resalta Trinajstic.

Una evolución diferente en los peces óseos

“Sin embargo, había una diferencia fundamental: el hígado era grande y permitía que el pez se mantuviera flotante, al igual que los tiburones actuales”, explica la investigadora. “Algunos de los peces óseos actuales, como los peces pulmonados y los abedules, tienen pulmones que evolucionaron a partir de las vejigas natatorias, pero fue significativo que no encontráramos pruebas de pulmones en ninguno de los peces acorazados extintos que examinamos, lo que sugiere que evolucionaron de forma independiente en los peces óseos en una fecha posterior”.

Los artrópodos son una clase extinta de peces con mandíbula que floreció durante el periodo Devónico, hace 419,2 millones de años y 358,9 millones de años, cuya anatomía es similar a la de los tiburones modernos, lo que ofrece nuevas y vitales pistas evolutivas. “A menudo se piensa en la evolución como una serie de pequeños pasos, pero estos antiguos fósiles sugieren que hubo un salto mayor entre los vertebrados sin mandíbula y los que sí la tienen”, indica Trinajstic, que destaca la posición del corazón en el pez, “literalmente en la boca”.

“Demuestran el valor de los fósiles de Gogo para comprender los grandes pasos de nuestra lejana evolución”, señala. “Gogo nos ha proporcionado primicias mundiales, desde los orígenes del sexo hasta el corazón vertebrado más antiguo, y es ahora uno de los yacimientos de fósiles más importantes del mundo. Ya es hora de que se considere seriamente la posibilidad de declarar este yacimiento patrimonio de la humanidad”, concluye.