Emerge una ciudad de hace 3.400 años
Un grupo de investigadores alemanes y kurdos encuentran entre las tuinas un palacio, tres grandes edificios y cinco vasijas que contenían más de 100 tablillas cuneiformes.
Por lo general, una sequía trae malas noticias. Más calor, peores cosechas, incendios forestales, etc. Pero también puede reflotar una ciudad de 3.400 años de antigüedad. Esto es lo que ha ocurrido en Irak, a orillas del río Tigris: la falta de agua ha hecho que una antigua ciudad del Imperio Mitanni emerja de las profundidades.
Los arqueólogos alemanes y kurdos que trabajan en la zona creen que se trata de la antigua ciudad de Zakhiku, que se construyó hace 3.400 años cerca del actual embalse de Mosul. Los investigadores tuvieron que actuar rápidamente antes de que los restos de la antigua ciudad volvieran a sumergirse. Se cree que la ciudad fue una de las urbes más importantes del Imperio Mittani, que existió entre el año 1550 y el 1350 antes de Cristo.
El sur de Irak sufre una sequía extrema desde hace meses, lo que ha provocado que se retire agua del embalse de Mosul en repetidas ocasiones y en grandes cantidades. Este embalse es el almacenamiento de agua más importante de todo el país, según La Vanguardia. Entre las ruinas se han encontrado varios edificios de grandes dimensiones y un palacio.
El arqueólogo kurdo Hasan Ahmed Qasim, presidente de la Organización de Arqueología de Kurdistán, y los arqueólogos alemanes Ivana Puljiz (Universidad de Friburgo) y Peter Pfälzner (Universidad de Tübingen) desplazaron rápidamente un equipo en enero y febrero de este año para llevar a cabo las excavaciones.
Más de 100 tablillas cuneiformes
Finalmente, los investigadores consiguieron mapear gran parte de la ciudad y encontraron, además del palacio (que ya había sido documentado en 2018), una gran fortificación con muros y torres, un edificio de almacenamiento de grandes dimensiones y un complejo industrial.
“El enorme edificio es de particular importancia porque en él se deben haber almacenado enormes cantidades de mercancías, probablemente traídas de toda la región”, explica Puljiz. También se encontraron cinco vasijas de cerámica que tenían en su interior más de 100 tablillas cuneiformes.
“Es casi un milagro que las tablillas cuneiformes hechas de arcilla sin cocer sobrevivieran tantas décadas bajo el agua”, señala Pfälzner. Al finalizar la investigación, los científicos cubrieron con láminas de plástico todos los edificios que encontraron y distribuyeron relleno de grava por encima de ellas para poder conservarlas. Pueden ver más imágenes del hallazgo en este comunicado de la Universidad de Tübingen.