El truco para saber si un huevo es fresco sin abrirlo
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) elabora una lista con diez consejos a la hora de consumir huevo. El viejo truco del vaso de agua, clave para conocer su estado.
El huevo es un alimento indispensable en cualquier frigorífico. Se puede utilizar para hacer tortillas, revueltos, postres, ensaladas, sopas, etc. El huevo es rico en vitaminas y proteínas de alto valor biológico, pero con el paso del tiempo pueden perder sus propiedades. En este artículo te explicaremos cómo identificar un huevo en mal estado.
En primer lugar, hay que diferenciar un huevo no fresco de uno en mal estado. Un huevo no fresco todavía puede ser consumido, mientras que uno en mal estado siempre hay que desecharlo. Para evitar que se pongan malos, hay que guardar los huevos en el frigorífico, “donde se suelen colocar con la punta más fina hacia abajo”, advierte la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Ahora bien, para saber si un huevo está fresco, tan solo hay que recurrir al viejo truco del vaso de agua. Lo llenamos y sumergimos el huevo en él. Si se sumerge y se queda en posición horizontal en el fondo del recipiente, enhorabuena, está fresco. Si se sumerge y se queda en posición vertical, no está tan fresco, pero se puede consumir. Pero si el huevo flota, es que no es apto para su consumición, por lo que habría que tirarlo.
También puede diferenciarse mediante su consistencia. Un huevo fresco mantiene una buena consistencia tanto en la yema como en la clara. Cuanto más fino salga el huevo, menos fresco estará. “Una vez abierto, un huevo fresco no debe presentar olor de ningún tipo. La clara debe ser limpia, translúcida y gelatinosa. Si la clara no presenta estas características y la yema no ofrece relieve, es muy probable que el huevo esté envejecido. A medida que un huevo pierde frescura, la yema pierde consistencia y se desparrama”, señala la OCU.
Los diez consejos del huevo
Hay que prestar especial atención al huevo que sumergimos, pues si es un huevo ya cocido siempre flotará, independientemente de su estado de conservación. Además, para llevar a cabo la prueba, la OCU recomienda sumergir el huevo en agua con un 10% de sal disuelta. Para tener una referencia temporal, los huevos pueden consumirse hasta 28 días después de su puesta. Además, la OCU también ha elaborado una lista con diez consejos de uso: