El truco para recordar el nombre de una persona sin que se dé cuenta
Mario Marzo heredó este truco de su padre. Consiste en preguntar “oye, ¿cómo te llamabas?”, tras lo que se conseguirá la respuesta esperada. Para quedar bien, se debe contestar “no, ya lo sabía. Quería decir de apellido...”.
Es bastante frecuente que cuando nos presentan a alguien, ya sea en una fiesta con amigos, una reunión de trabajo o en cualquier otra circunstancia similar, nos olvidemos de su nombre. Y es que el nerviosismo por quedar bien o por estar demasiado concentrados se apodera de nosotros y nos juega una mala pasada.
Aunque recodar los nombres es una habilidad, para otras personas supone un verdadero esfuerzo. Estas situaciones han llevado a algunos incluso a dudar de si tienen menos retención de la que deberían o a frustrarse por haber quedado mal por no acordarse de cómo se llama la persona a la que acaban de presentarnos.
Trucos para ayudar al cerebro
Para tratar de evitar estas situaciones incómodas, existen varios trucos que permiten ayudar al cerebro a recordar las palabras clave. Así, con la incorporación de pequeños guiños a nuestras conversaciones con los nuevos conocidos puede ser de gran ayuda.
El más básico consiste en la repetición del nombre en voz alta para que permanezca grabado en nuestra mente. También es muy efectivo el de asociar el nombre a una imagen visual de esa persona con su denominación en la frente, en una camiseta o haciendo un juego de letras que te lleve a encontrar su nombre más fácilmente.
Heredado de su padre
En caso de que estas técnicas no fueran suficientes, el método que el actor Mario Marzo transmitió en una charla con Dane, su compañero de experiencias en el podcast ¿Quieres Ser Mi Amigo? en el que ambos se juntan cada lunes para descubrir el verdadero significado de la amistad, es infalible.
El vídeo, publicado en TikTok, acumula más de 19 millones de visualizaciones y 2,6 millones de ‘me gusta’. En este, comenta que el truco lo heredó de su padre que es profesor y a quien le costaba aprenderse el nombre de todos los alumnos y recordar el de aquellos que fueron a sus clases.
Desarrollo de la técnica
En este caso, su padre Rafa, se encontró con un exalumno y tuvo la siguiente conversación que se viralizó rápidamente:
- “Rafa, ¿qué tal?”
- “Hombre, ¿qué pasa?, ¿cómo estás?”
- “Oye, cómo te llamabas”
- “Juan”
- “No, ya, ya, de apellido. Juan...”
- “Ramírez”
- “Juan Ramírez, claro, leñe, ¿qué tal?, ¿cómo estás?”
De esta forma, el despiste mental queda disimulado y se conoce el nombre de manera sutil, minimizando todos los pensamientos negativos que puedan desarrollarse en nuestro interior. Al terminar su relato, Dane manifestó que la técnica empleado por el padre de Mario “es muy buena”.