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El efecto secundario tras la vacuna de la COVID que indica una mayor inmunidad
Un grupo de investigadores de la Universidad de Okayama (Japón) consiguieron establecer una correlación entre la fiebre con un nivel de anticuerpos elevado.
Las vacunas han sido un instrumento clave en la lucha y en la prevención contra el COVID-19. En España, más de 40 millones de personas han recibido las dosis correspondientes de la dosis contra el SARS-CoV-2 desde que comenzara la campaña de vacunación a principios de 2021.
Sin embargo existen algunos síntomas frecuentes tras la inoculación de la vacuna que, en determinadas ocasiones, se han desarrollado en algunas personas vacunadas. Entre ellos destacan algunos como el cansancio, dolor de cabeza, dolor muscular, escalofríos, náuseas y fiebre. Precisamente, sobre este último síntoma, un grupo de investigadores de la Universidad de Okayama (Japón) realizaron una investigación para determinar la relación existente entre la fiebre y una mayor producción de anticuerpos.
Para ello, reclutaron a 49 voluntarios entre los que se encontraban estudiantes universitarios y diferentes empleados del centro educativo en cuestión. Una serie de personas que, anteriormente, no se habían contagiado de COVID, y a todos ellos se les practicó diferentes análisis para medir niveles de anticuerpos tanto en el momento previo, como en el momento posterior (varios días e incluso un mes después) de recibir la primera dosis de refuerzo - tercera vacuna - contra la COVID.
Sobre los participantes, se tuvieron en cuenta varios factores a la hora de realizar el pertinente estudio tales como el sexo, las diferencias de edad, los antecedentes de alergia y el uso de antipiréticos, es decir, aquellos fármacos empleados para reducir la fiebre. En función de los resultados obtenidos, los encuestados fueron clasificados en dos grupos, personas con fiebre y personas sin fiebre.
Nivel de anticuerpos mayor en personas con fiebre
El resultado principal del estudio fue el hallazgo de unos niveles de anticuerpos más elevados en personas con fiebre una semana después de haber recibido la dosis de refuerzo, en comparación a aquellas personas que no habían sufrido este problema. Pese a ello, un mes después de la aplicación de la vacuna, apenas se registraron diferencias entre ambos grupos.
Por otra parte, los investigadores corroboraron que el grupo con fiebre tenía más probabilidades de ser más joven (de 20 a 49 años) y de tener antecedentes de alergias. “Los títulos de anticuerpos tras la vacunación con de Moderna pueden ser más rápidos en el grupo con fiebre tras la vacunación, pero la diferencia puede no ser significativa un mes después de la vacunación”, ha concluido el equipo investigador, cuyo trabajo se ha publicado en la revista científica ‘Journal of Epidemiology’.