El país que prohíbe a los extranjeros comprar viviendas
El objetivo en Canadá es controlar la escalada de precios del mercado residencial y la multa puede llegar hasta los 10.000 dólares.
Canadá prohibirá, durante los dos próximos años, comprar viviendas a extranjeros no residentes. Se trata de una de las promesas electorales de Trudeau en la campaña de las elecciones de 2019. Ahora, cuatro años después y desde el pasado 1 de enero, está en vigor.
El objetivo de la nueva ley es controlar la escalada de precios que el mercado residencial experimenta desde la pandemia. El Gobierno canadiense cree que esta subida del precio de la vivienda viene por parte de los compradores extranjeros, quienes adquirieron numerosas propiedades como inversión.
La norma fue aprobada por el parlamento en el mes de junio. A pesar de no permitir la compra a extranjeros, sí se lo permite a los refugiados, estudiantes internacionales y a los residentes permanentes en Canadá que vayan a usar el inmueble como residencia principal. Además, quienes incumplan la nueva ley, se enfrentarán a multas de hasta 10.000 euros y la obligación de vender la propiedad.
Falta de vivienda y precios disparados
El Partido Liberal del primer ministro Trudeau ha explicado que, en el mercado inmobiliario canadiense, se han producido numerosas operaciones de especulación a manos de corporaciones e inversores extranjeros, lo que ha generado falta de vivienda y, que la que queda disponible, esté a precios disparados.
Desde la propia web del partido han explicado que las casas canadienses están atrayendo a especuladores, corporaciones ricas e inversionistas extranjeros y han denunciado que las casas no son para los inversionistas, sino para las personas.
Esta medida se pone ahora en práctica a pesar de que los precios de la vivienda han caído un 13% tras las fuertes subidas durante la pandemia de coronavirus y de la subida de tipos de interés por parte del Banco de Canadá.
Viviendas asequibles para los canadienses
En el mes de abril, el Gobierno canadiense presentó su proyecto presupuestario para el año fiscal 2022-2023 en el que se concentra una reducción de déficit y el abaratamiento de la vivienda en el país.
De los 31.200 millones de dólares canadienses correspondientes al nuevo gasto, una tercera parte está destinada para que la compra de vivienda para los canadienses sea más asequible.