El país más feliz del mundo: lleva seis años en lo más alto

Por sexto año consecutivo, el Índice Mundial de la Felicidad ha situado a Finlandia en la cabeza del estudio anual elaborado por el Instituto Gallup, un análisis mundial que busca la clave de la felicidad. En esta ocasión, ha examinado los efectos en la percepción general de cuestiones como la guerra de Ucrania, el aumento del coste de la vida o la pandemia de la COVID-19, entre otros factores.

Este país repite en primer lugar con una puntuación de 7,804. Esta se obtiene, según el análisis impulsado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, a partir del análisis de datos concreto sobre apoyo social, ingresos, salud, libertad, generosidad y ausencia de corrupción en cada Estado.

Resto de la clasificación

Los expertos consideran que los países más felices del mundo han respondido con una considerable resiliencia a los retos recientes, cuyos efectos se habrían dejado notar en zonas con menor nivel de desarrollo. Junto a Finlandia, en los diez primeros puestos se sitúan Dinamarca, Islandia, Israel, Países Bajos, Suecia, Noruega, Suiza, Luxemburgo y Nueva Zelanda.

En el lado contrario se encuentran Afganistán, Líbano, Sierra Leona, Zimbabue, República Democrática del Congo, Botsuana y Malaui. Mientras, en América Latina, los dos polos opuestos son Costa Rica, en la posición 23, y Venezuela, en la posición 88.

España

Este informe, además, ha relegado a España al puesto 32 (en 2021 estaba en el 24, en 2020 en el 28 y en 2022 en el 29). Este país ha obtenido un 6,436, tras figurar con un 6,476 en el informe de hace un año, y se sitúa justo por detrás de Estonia y ligeramente por encima de Italia.

A lo largo de la historia del informe, tan solo cuatro son los países que han ocupado el primer puesto del ranking: Dinamarca en 2012, 2013 y 2016, Suiza en 2015, Noruega en 2017 y Finlandia en 2018, 2019, 2020, 2021, 2022 y 2023.

“El objetivo final de la política y la ética debería ser el bienestar humano”

Sobre todo ello ha opinado el presidente de SDSN y Director del Earth Institute’s Center for Sustainable Development, Jeffrey Sachs: “El objetivo final de la política y la ética debería ser el bienestar humano. El movimiento de la felicidad muestra que el bienestar no es una idea ‘suave’ y ‘vaga’, sino que se enfoca en áreas de la vida de importancia crítica: condiciones materiales, riqueza mental y física, virtudes personales y buena ciudadanía”.

Además, añade un contundente mensaje sobre estos vínculos que se desarrollan entre la confianza de las personas en el gobierno y las instituciones y la felicidad: “Necesitamos convertir esta sabiduría en resultados prácticos para lograr más paz, prosperidad, confianza, civismo y, sí, felicidad, en nuestras sociedades”.