El motivo por el que hay un misterioso hexágono azul en el Polo Norte de Saturno
Esta figura tiene influencia en la temperatura que se produce en la estratosfera saturniana y han planteado dos hipótesis sobre por qué se da este fenómeno.
Saturno es el segundo planeta más grande del Sistema Solar. Localizado más allá del cinturón de asteroides, es uno de los cuerpos celestes en los que no se concibe la posibilidad de que se desarrolle una vida como en el planeta Tierra. Este, además, presenta una particularidad: la NASA en detectó un hexágono azul en el polo Norte del astro. Este mide unos 30.000 kilómetros de ancho y va cambiando de color en función de la época del año.
Una de las primeras imágenes de este particular fenómeno la tomó la misión Cassini de la NASA. La primera vez que esta comitiva llegó al planeta, en 2004, la región norte estaba oscura. Y, hacia 2009, el Sol comenzó a iluminarla, por lo que cuando la misión volvió a Saturno en 2012 pudo sacar unas mejores imágenes de este hexágono. Sin embargo, todavía no se sabe con exactitud de qué se trata. Este se encuentra localizado a la altura de las nubes, en la capa atmosférica del astro.
Sobre lo que sí saben algo más es su formación. Según el experto de la Universidad de Leicester Leigh Fletcher, “esta forma particular de seis lados nos está contando algo sobre el contexto atmosférico en el que la onda creció”, ha explicado a la National Geographic. En este sentido, ha apuntado que en el polo Sur del planeta no hay una figura así. Ello, de acuerdo al experto, se debe a que la corriente en chorro del punto sureño del planeta “está en una latitud ligeramente diferente” y, por lo tanto, “sería más estable”.
Dos hipótesis
El pasado 2018, un grupo de investigadores indagaron algo más en los fenómenos que rodean a este hexágono. Esta figura se encuentra rodeando un vórtice polar e influye en las temperaturas que se producen en torno al mismo. “Esta es la esencia” de este proyecto, explicaba Fletcher. Este vórtice, que se encuentra muy por encima de las nubes —y cuyos límites también conforman un hexágono—, “se ha estado calentando durante años, simplemente porque se aproximaba el verano”, ha explicado el experto.
“Tuvimos que investigar otros medios por los cuales pueden comunicarse recíprocamente”
Todo ello explica que el hexágono azul situado más abajo “influye en las temperaturas que se producen en lo más alto”, ha detallado. Sin embargo, dado que el vórtice y el hexágono se encuentran en dos capas distintas y a mucha distancia, “tuvimos que investigar otros medios por los cuales pueden comunicarse recíprocamente”, ha apuntado Fletcher. En este sentido, ha detallado que se han planteado dos opciones: o bien la figura superior se ha formado de manera espontánea, pero idéntica a la de abajo; o es una misma figura que se ha elevado varios kilómetros.