El mayor asesino en serie de la historia de Rusia se ofrece para la guerra
Mijaíl Popkov, conocido como ‘el maníaco de Angarsk’, es un expolicía acusado de asesinar a 83 mujeres. Ahora, espera ganarse su libertad en la guerra.
La guerra en Ucrania va camino de cumplir su primer año, después de que Rusia lanzara su primera ofensiva sobre el país vecino un 24 de febrero. Tras el avance de las tropas rusas durante los primeros meses, las armas enviadas por la OTAN a Ucrania lograron contener los envites del Ejército del Kremlin. Ahora, tras conquistar la ciudad de Soledar, importante por sus minas subterráneas, ahora Moscú busca seguir sumando nuevas victorias.
Mientras tanto, el presidente ucranio, Volodimir Zelenski, reitera por activa y por pasiva la necesidad de que Alemania dé su visto bueno al envío de los tanques Leopard2. Recientemente, aseguró que “cada día se hace más evidente que no hay alternativa que tomar una decisión sobre los tanques”. Y mientras esa decisión llega, Rusia puede contraatacar con la presencia de Mijaíl Popkov, el mayor asesino en serie de la historia rusa.
Conocido como ‘el maníaco de Angarsk’, este expolicía de origen ruso se ha ofrecido para luchar en Ucrania. Actualmente cumple cadena perpetua por el asesinato de 83 mujeres, a las que violó antes de asesinar con la ayuda de hachas, martillos y otras herramientas contundentes. Con este ofrecimiento espera poder recuperar la libertad, algo que puede cuadrar con los planes del Kremlin de buscar nuevos combatientes.
Delincuentes en el frente
El grupo paramilitar Wagner, bajo el liderato de Yevgueni Prigozhin, cuenta entre sus estrategias para aumentar sus filas la de reclutar a diversos convictos de cualquier tipo de delincuencia. Muchos de ellos cuenta con la promesa de que, si sobreviven a los seis meses de guerra, se les concederá un indulto. Algo que Popkov habría solicitado, después de asegurar que su “gran deseo” era alistarse en el ejército para combatir en Ucrania.
Esta promesa, no obstante, cuenta con una serie de condiciones, que el propio Prigozhin confirmó a algunos presos en un vídeo difundido el año pasado. Así, sumar tres ‘faltas graves’ supone una condena al fusilamiento por no cumplir con las normas establecidas por el grupo paramilitar.
“El primer pecado es la deserción. Nadie da la espalda. Nadie retrocede. Nadie se rinde. El segundo pecado es el alcohol y las drogas en la zona de combate”, advertía el líder del grupo Wagner. En esos seis meses, añade, deben estar siempre en la zona de combate. El tercer pecado, concluye “es el saqueo, incluidos los contactos sexuales, con mujeres, flora, fauna, hombres, lo que sea”.
Tres condiciones que ‘el maníaco de Angarsk’, si finalmente se incorpora al frente, deberá cumplir para ganarse su libertad por los crímenes cometidos. Según algunos investigadores, se le atribuyen hasta 200 asesinatos.