El gusano pulmonar de la rata llega a España: puede causar meningitis
Se han identificado los primeros casos en Valencia y puede llegar a los humanos a través de la vía alimentaria.
El Angiostrongylus cantonensis, también conocido como gusano pulmonar de la rata, ha llegado a Valencia dando un toque de atención a la Salud Pública, ya que este parásito puede colarse dentro del cerebro de los seres humanos y causar meningitis, además de ser el principal causante del trastorno de meningitis eosinofílica.
El nombre de A. cantonensis hace referencia a la ciudad de Cantón, una ciudad china donde se detectó por primera vez en los años 30. Desde entonces, en casi 100 años, ha conseguido llegar a diversas ciudades, aunque esta es la primera vez dentro de la Europa continental.
Desde la Universidad de Valencia han realizado una investigación al detectarse el parásito en dos especies diferentes de ratas: las ratas de alcantarilla, típica de entornos urbanos, y la rata negra, más frecuente en el medio rural.
Los investigadores han estudiado 90 ejemplares de ambas especies y, en el 9% encontraron el parásito, el cual es emergente y en expansión, según explican.
De las ratas a los seres humanos
Las ratas son el hospedador definitivo del parásito y su introducción se produce junto a sus hospedadores naturales, que han sido capaces de distribuirse por todo el mundo a través del tráfico marítimo, tal y como aclaran los investigadores.
Su capacidad de expansión demuestra que este parásito tiene una capacidad oportunista, ya que no deja pasar la oportunidad de aprovecharse de distintos seres, ya que para desarrollarse y completar el ciclo necesita de la intervención de otras especies, como los caracoles o las babosas, que actúan de intermediarias.
Este parásito tiene un ciclo complejo, tal y como explica Antonio Osuna, catedrático del Laboratorio de Parasitología Bioquímica y Molecular del Instituto de Biotecnología de la Universidad de Granada, que también participó en la investigación.
En primer lugar, los gusanos adultos se instalan en las arterias pulmonares de los roedores, en donde procrean. Después las larvas migran hacia la tráquea en donde son tragadas y pasan al aparato digestivo, siendo expulsadas con las heces. Una vez fuera, las larvas llegan a caracoles o babosas. Ahí maduran y se convierten en infectivas.
Aquí es donde viene el problema para los seres humanos u otras especies animales como mamíferos o aves, ya que pueden adquirir la infección si comen estos moluscos poco cocinados o vegetales contaminados. Además, los animales que también se alimentan de estos moluscos, como los camarones de agua dulce o los cangrejos de tierra, pueden actuar como portadores e infectar si se consumen poco cocinados.
Síntomas
Si una persona se infecta con el parásito, los síntomas se empiezan a desarrollar entre una semana y tres semanas después de haber ingerido las larvas. Pueden ser desde leves a graves, produciendo una meningitis eosinofílica.
Esta afección aparece en los humanos porque el parásito no puede completar su ciclo de desarrollo y queda alojado en el cerebro provocando una inflamación de las membranas que envuelven el cerebro y un incremento los eosinófilos (glóbulos blancos) en el líquido cefalorraquídeo.
En la mayoría de los casos, la infección se resuelve por sí sola, aunque se han documentado muertes. No existe un tratamiento específico para hacer frente a esta enfermedad y, en tono a él, ha surgido un debate sobre si es mejor matar a los parásitos alojados en el cerebro, ya que la reacción a la eliminación puede desencadenar complicaciones serias.
Aunque los primeros casos se han detectado en Valencia, los investigadores han empezado a sondear la probabilidad de que el gusano también pueda estar en otras ciudades, como Madrid. Por ello, han explicado que hay que llevar a cabo dos medidas para evitar su propagación: la profilaxis colectiva, que depende de las medidas que toman las autoridades para el control de la población de ratas, y la profilaxis individual, que depende de cada persona.
Es por ello por lo que los investigadores recomiendan extremar la higiene durante la manipulación y preparación de cualquier alimento que pueda estar contaminado, como la verdura. También es esencial no ingerir caracoles u otras especies involucradas en el proceso y lavarse bien las manos después de realizar actividades en el jardín.
Segunda vez que llega a España
La detección del parásito en Valencia es la primera en la Europa continental, pero no la primera en España, ya que en 2010 se identificaron casos en Canarias y, en 2019, en las Islas Baleares, en donde aparecieron en erizos con síntomas neurológicos.
En su momento, el Ministerio de Sanidad calificó el riesgo de infección como muy bajo, y es que la posibilidad de sufrir una infección de este tipo es poco frecuente. En el mundo solo se conocen 2.800 casos.