El deporte que enloquece a Kim Jong-Un
El líder norcoreano heredó la pasión por el baloncesto de su padre, Kim Jong y es amigo de Dennis Rodman, una de las estrellas de los Chicago de los 90.
Todo el mundo tiene alguna afición. A algunos les da por la cocina, otros por el cine, el teatro, la música, etc. Mike Tyson ya explicó que su ‘hobby’ es el de criar palomas, George W. Bush, además de expresidente de Estados Unidos también es pintor, Angelina Jolie colecciona cuchillos y a Tom Cruise le gusta la esgrima. Kim Jong-Un, el líder de Corea del Norte, también tiene sus aficiones.
En concreto, Kim es un gran aficionado al baloncesto. De hecho, el líder norcoreano quiso crear su propio baloncesto con unas nuevas normas: las canastas de dos puntos contarían ocho en los últimos tres minutos del partido, y los triples sumarían cuatro puntos si el lanzamiento entra limpio en el aro. Además, si un jugador falla un tiro libre, se le restaría un punto a su equipo.
Fruto de su pasión por el baloncesto, Kim Jong-Un quiso hacer algunos contactos dentro del mundillo. Por ejemplo, entabló amistad con el cinco veces campeón de la NBA Dennis Rodman. El que una vez fue una de las estrellas de aquel ‘dream team’ de los Chicago Bulls durante la década de los 90 es ahora un “acérrimo amigo” del Kim. Rodman ha visitado en algunas ocasiones Corea del Norte.
Tanta es la amistad entre ellos que Kim pidió a Rodman que aceptase el cargo de seleccionador nacional de baloncesto de Corea del Norte. El trabajo es sencillo: Corea del Norte no juega partidos con ningún otro país, por lo que no hay presión alguna por ganar partidos.
¿Cómo empezó a interesarse por la NBA?
A Kim Jong-Un la fiebre de la NBA le viene por herencia. Su padre Kim Jong Il era todo un aficionado de la liga de baloncesto estadounidense. Se rumorea que tiene un balón firmado por Michael Jordan, que tiene una videoteca repleta de partidos de los Bulls de Jordan y que tiene incluso fotos con Kobe Bryant.
También se dice que fue un buen jugador de baloncesto. De joven estuvo internado en un colegio suizo, lugar donde hizo amigos con los que hablaba de zapatillas Nike, camisetas de los Bulls de Chicago y con quien jugaba algunos partidos. Según un artículo de La Razón, Kim Jong-Un era un jugador “más que decente”.