Dónde está el cementerio de Tirso de Molina: el lugar del Metro de Madrid por el que pasa la Línea 1
En este lugar se encuentran los restos de los frailes y nobles. Lejos de este hecho, la estación es para muchos una de las más bonitas de Madrid, destacando la decoración, con una amplia variedad de colores en el vestíbulo.
La red de metro de Madrid cuenta con 302 estaciones (sin sumar las de Metro Ligero), la quinta en número de paradas, y tiene 249 kilómetros de extensión. En la popular plaza de Tirso de Molina, en el centro de Madrid, se encuentra un cementerio desconocido por muchos pero por el que pasan al día cientos de personas.
Esta parada de línea 1 guarda este secreto, ya que hace multitud de años había un convento, más concretamente el convento de la Merced, permaneciendo allí hasta el año 1834, cuando desapareció por la desamortización de Mendizábal. En este lugar se encuentran los restos de los frailes y nobles.
Historia
La historia del convento se remonta al año 1564, cuando se le concede la licencia a fray Gaspar de Torres para erigir un convento e iglesia que perteneciera a la congregación de las mercedarias descalzas. Años más tarde, se celebró en el templo la primera misa, siendo durante los tres siglos posteriores uno de los centros religiosos más celebres de la ciudad.
El convento contaba con tres pisos y entre sus paredes guardaban el voto más de 100 religiosos, convirtiéndose en una de las iglesias más grandes de Madrid. En el lugar del convento de la Merced se construyó la plaza del Progreso, también denominada durante un breve periodo de tiempo de Juan Álvarez Mendizábal.
“Los nichos siguen en la estación”
De esta forma lo explicó Luis María González a ‘TeleMadrid’, responsable de Andén 0: “¿No te da la sensación de que hace un poco más de fresco que en otras estaciones? La temperatura es un poco más baja porque nos encontramos en una zona donde hubo un cementerio. Uno de los derrumbamientos de las obras de 1920 desveló una galería: aparecieron 200 nichos y, en el suelo, rosas e inscripciones en latín muy deterioradas”.
Además, añadió: “Los nichos siguen en la estación. Se decidió que todos los restos encontrados en la tierra se llevasen a la ribera del Manzanares, pero los que estaban en buen estado se trasladaron a otra galería que estaba tras esa primera galería. Ahí siguen hoy en día”.
Gran decoración en la estación
Lejos de este hecho, la estación de Tirso de Molina es, para muchos, una de las más bonitas de Madrid. Destaca la decoración, con una amplia variedad de colores en el vestíbulo. Además, la bóveda está cubierta de azulejo blanco biselado. Cuenta con frisos de cerámica de Toledo, con reflejos de cobre y oro.
Cabe destacar, además, el escudo antiguo de la ciudad realizado en bronce que aquí se localiza. Originalmente se encontraba en la estación de Sol, cuando Alfonso XIII inauguró la línea en 1919. No obstante, tras varios cambios, la insignia se trasladó a la estación de Tirso de Molina, sobre un plafón de azulejos de colores azul y blanco.