¿Cuántos días hay que cotizar para tener derecho a dos años de paro?
Para poder cobrar la prestación contributiva por desempleo es necesario ser demandante de empleo y haber cotizado al menos 360 días en los seis años anteriores del paro, entre otros.
La prestación contributiva por desempleo es una ayuda que el Estado proporciona a una persona cuando se queda sin trabajo. Para conseguirla se necesita una serie de requisitos, como haber cotizado al menos 360 días en los 6 años o encontrarse en situación legal de desempleo, entre otros.
Pero como la prestación por desempleo tiene como objetivo que los parados vuelvan a incorporarse a un trabajo, no se puede estar cobrando para siempre. En concreto, se puede estar cobrando el paro durante un plazo máximo de dos años, pero para ello el trabajador debe haber cotizado un tiempo determinado.
En concreto, para poder cobrar la prestación contributiva por desempleo durante dos años es necesario haber cotizado durante los seis años anteriores, todo el tiempo que se toma como referencia por la ley.
Seis años cotizados, dos años de paro
En todo caso, la duración de la prestación contributiva por desempleo depende “de los periodos de ocupación cotizada en los seis años anteriores a la situación legal de desempleo”, según el artículo 269 de la Ley General de la Seguridad Social. Pero solo se tendrán en cuenta “las cotizaciones que no hayan sido computadas para el reconocimiento de un derecho anterior, tanto de nivel contributivo como asistencial”.
Para calcular los períodos cotizados, se tiene en cuenta la cotización en concepto de desempleo (1,55% lo asume el trabajador y el otro 5,5% la empresa). Como hemos explicado, un trabajador tiene derecho a 720 días de paro (dos años) cuando acumule 2.160 días cotizados. Si hemos cotizado menos de 2.160 días, cobraremos el siguiente paro, según El Economista:
Requisitos para cobrar el paro
Según recoge el portal Lo Entiendo, para poder cobrar el paro es necesario haber cotizado durante 360 días en los seis años anteriores a quedarse en paro, estar en situación legal de desempleo, estar dado de alta en un régimen que contemple la prestación por desempleo (Seguridad Social), estar inscrito como demandante de empleo y no estar en edad de jubilación ni tener un trabajo por cuenta propia.