Una terapeuta señala las parejas que más funcionan: “No necesitan al otro”
El amor surge cuando las personas se eligen desde la plenitud y no desde la necesidad. Según Nilda Chiaraviglio, este vínculo permite relaciones auténticas.
En un contexto donde muchas relaciones se forman por necesidad, surge una visión diferente: más consciente y profunda. ¿Qué ocurre cuando el amor no surge de lo que nos falta, sino de nuestra propia plenitud? ¿Qué sucede cuando dos personas se eligen no por depender la una de la otra, sino porque se fortalecen mutuamente? La terapeuta Nilda Chiaraviglio explica cómo este enfoque transforma la manera de vincularse y de enamorarse.
Según Chiaraviglio, “¿Cuáles sentís que son las parejas que más funcionan? ¿Las que tienen qué? Cuando ambos siguen siendo solteros, absolutamente independientes. Cuando a ti no te necesito para absolutamente nada, y a su vez decido compartir mi vida contigo. No te necesito para nada, pero te quiero para todo lo que me hace bien”. En este tipo de vínculo, la pareja no es un relleno de vacíos ni una salvación, sino un espejo y una compañía en el viaje de cada uno. Cuando ambos se sienten completos consigo mismos, pueden construir juntos sin intentar cambiar al otro.
La especialista advierte sobre los riesgos de un amor basado en la expectativa y la necesidad: “Cuando la pareja entra en el dame-dame, tú tienes que cambiar. Tú estás mal, tú no tienes la razón, ya me cansé de ti... cuando entramos ahí, todo se destruye”. Amar desde lo que uno necesita del otro conduce tarde o temprano al abandono, porque nadie puede llenar lo que no ha aprendido a llenar dentro de sí mismo.
“Una persona feliz no se enamora”
Chiaraviglio plantea además una idea provocadora: “Hay que estar jodido para enamorarse. Una persona feliz no se enamora”. La terapeuta aclara que no se refiere a infelicidad en sentido depresivo, sino a un vacío interior que impulsa la búsqueda de completarse. “Todos los que se enamoran necesitan reconectar con su yo interior. Todas las personas que se enamoran necesitan descubrir toda su belleza, toda su fuerza, toda su claridad, todo su potencial interior. Porque enamorarse te enseña lo mejor de ti mismo. Eso es enamorarse”.
El enamoramiento, según Chiaraviglio, es un proceso de autodescubrimiento que permite a las personas ver partes de sí mismas que estaban dormidas y sentirse más vivas, creativas y valientes. Sin embargo, este proceso tiene un ciclo: “Cuando ya lo viste y decidiste si vas a la derecha o a la izquierda, el enamoramiento empieza a ceder y entonces empiezas a ver los defectos del otro”. Aquí comienza la fase más real y humana de la relación, basada en la elección consciente.
La especialista explica que muchas infidelidades no son actos de traición deliberados, sino intentos torpes de reencontrarse consigo mismo: “Muchas infidelidades ocurren porque la persona se busca a sí misma en el exterior. Y luego busca su fuerza en el exterior. Busca a quien fue y ya no es”. Además, los momentos de confusión afectiva suelen coincidir con etapas de mayor crecimiento personal: “¿Cuáles son las edades que más confunden a la gente? Son las dos edades en las que más se enamoran”.
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Chiaraviglio concluye que no se trata de evitar el amor, sino de abrazarlo como una experiencia transformadora. El enamoramiento también tiene un final, pero esto no disminuye su valor: “Es cuando te entregas más a la experiencia”. Para la terapeuta, quizá “el amor no está hecho para durar, sino para que despertemos”.
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