Un experto explica por qué los aviones de combate vuelan sin limpiaparabrisas y cómo se las arreglan
A una velocidad superior a 900 km/h los limpiaparabrisas pueden suponer toda una amenaza para la seguridad de los pilotos.
En zonas con fuertes lluvias los limpiaparabrisas son los mejores aliados de cualquier conductor. Ya sea un turismo, una furgoneta o un camión, estos aparatos permiten mantener los cristales despejados y la vía visible en todo momento, pero no todos los vehículos pueden gozar de este complemento.
Los aviones o cualquier vehículo aéreo no van equipados con limpiaparabrisas por un simple motivo de seguridad y eficiencia. Si estos vehículos llevasen equipados este tipo de mecanismos, al alcanzar altas velocidades de vuelo se desprenderían de la parte delantera, pudiendo poner en peligro la seguridad del piloto.
A velocidades superiores a los 900 km/h los limpiaparabrisas no solo podrían despegarse del morro del vehículo y salir disparadas, pudiendo herir u ocasionar algún desastre en tierra, sino que además podrían limitar la visión de los pilotos. La página web de VE explica cómo hacen los pilotos para no necesitar limpiaparabrisas.
Una solución científica
Sin estos mecanismos resulta complicado creer que se pueda ver con claridad las vías de una carretera o las pistas de un aeropuerto. Mientras que todos los vehículos terrestres como los turismos o los camiones cuentan con limpiaparabrisas para luchar contra las fuertes lluvias, los aviones cuentan con sus propios medios para combatirlas.
Se trata de una solución de base científica en la que se combinan varios materiales hidrófugos especiales que se extiendo a lo largo de todo el parabrisas. De esta manera, las gotas de lluvia que chocan contra el cristal resbalan sobre este y desaparecen al instante, permitiendo a los pilotos seguir viendo con claridad su ruta.
Para evitar el empañamiento o la formación de hielo sobre los parabrisas por el contraste de temperatura en la parte interna del cristal y la externa, los aviones cuentan con un sistema de soplado de aire comprimido y calentamiento de vidrio. Además, los modelos más nuevos incluyen un revestimiento hidrofóbico avanzado y sensores para mejorar la visibilidad.
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Las cubiertas de vidrio, los sistemas de calefacción y los radares de navegación resultan fundamentales para los pilotos a la hora del despegue y el aterrizaje, cuando la velocidad del avión es más baja.
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