Acontecimiento inusual: podría surgir un nuevo volcán en México

La figura del volcán está asociada a destrucción. La rabia con la que empuja lava hacia el exterior, junto a todo tipo de material magmático, al mismo tiempo que agita el suelo con la fuerza del gigante que rocoso que representa dan fe de ello. No obstante, los volcanes son tan antiguos como cualquier paisaje de la Tierra, y su evolución es un fenómeno puramente natural. Lejos de cualquier imagen de apocalipsis bíblico, la aparición de volcanes y sus erupciones se repiten con más frecuencia con la que los episodios que narran las sagradas escrituras siembran el caos.

De hecho, en algunos puntos del mundo son tan habituales que funcionan casi como un recordatorio de que la sala de máquinas de la Tierra no deja de trabajar. Todavía siguen surgiendo nuevos, lentos pero sólidos. El último, en México. Un país que tiene más de 2.000, de los cuales 42 son reconocidos y 12 están en activo. El próximo brotará de la tierra justo en la capital del país.

La condición tectónica crea el escenario perfecto

Según un estudio realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), no se trata de una posibilidad. Es un hecho, un vaticinio con el cien por cien de fiabilidad para muchos expertos. Se ubicaría en la Sierra de Chichinautzin, en la parte sur del collar montañoso que rodea Ciudad de México; junto al volcán Xitle. Tal y como explica la experta en vulcanología, Ana Lillian Martín, a Milenio, es tan fácil como asumir que “si hay magma, nacerá uno nuevo”.

Como ocurre siempre en cualquier sector relacionado con la geología y, concretamente, con la ciencia de los volcanes, para dar con respuestas hay que agachar la cabeza. La explicación se encuentra bajo tierra. Son las condiciones tectónicas del Campo Volcánico Chichinautzin, en el sur de la capital, las que hacen posible el florecimiento del géiser magmático.

Como pronto, dentro de ocho siglos

Desde la propia institución universitaria han salido rápidamente a calmar la situación. Ocurrirá y traerá destrucción, es altamente probable. Pero no será ahora. Ni mañana. De hecho, tal y como ha explicado en un comunicado a través de Twitter, “esto podría ocurrir en 800 o 1200 años”.

Ni es la primera vez, ni probablemente sea la última. Ya han aparecido en el pasado otras formaciones similares en el mismo lugar. Sin embargo, si algo debe saber el lector de Ciudad de México es que se tratan de volcanes de tipo monogenéticos, que es como se conoce a aquellos que, a diferencia de los de tipo poligenético, son más pequeños, erupcionan una única vez y tienen una existencia más corta. Todo, como parte de un fenómeno candente, poco bíblico y tan natural como el viento o las mareas.