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Ciencia

Sentir los colores en la naturaleza

No todos los animales perciben los colores de la misma manera. Los usos que hacen de ellos pueden tener distintas finalidades.

A. Aparicio
P. Pallás
Camarón mantis arlequín.
Westend61Getty Images

Tipos de Visión

Durante millones de años de evolución los seres vivos de este planeta han desarrollado sentidos para relacionarse con su entorno. Ya sea para detectar las presas o los depredadores, comunicarse entre ellos y percibir el entorno, los sentidos se han ido perfeccionando en función de las necesidades de cada organismo. La vista es el más crucial de ellos para la mayoría de los vertebrados, ya que les permite interactuar con su entorno y comprender lo que les rodea.

Los animales vertebrados somos capaces de distinguir los colores gracias a los fotorreceptores que tenemos en lo ojos. Son unas células especializadas de la retina que se encargan de convertir la luz en señales que son enviadas al cerebro. Hay dos tipos: los conos y los bastones. Los primeros son los que proporcionan la información del color, los segundos la información del brillo.

Cada tipo de cono es sensible a longitudes de onda de luz visible distintas, por tanto la percepción del color varía en función del número de tipos de conos del que dispone el ojo.

Visión Monocromática

Resulta más correcto utilizar su sinónimo visión acromática, ya que se caracteriza por la ausencia de la percepción del color. Es la visión en blanco y negro, como no se disponen de conos o sólo de uno de ellos, únicamente se perciben los colores blanco, negro, gris y todas sus tonalidades.

En este grupo encontramos a salamandras, los hámsteres, y a los mamíferos marinos como las focas, los delfines y las ballenas.

Visión Dicromática

Pese a la creencia popular tan extendida que afirma que nuestras mascotas, los perros y los gatos, ven en blanco y negro, en realidad es un mito. Al disponer de dos tipos de conos en los ojos tienen visión dicromática. Los perros ven el amarillo y azul y los gatos distinguen entre azules y verdes con lo que ven el mundo como lo vería una persona que fuera daltónica.

La inmensa mayoría de mamíferos tienen este tipo de visión, los bovinos, ovinos y caprinos tienen visión dicromática de amarillo y azul, así que el rojo no es el mejor color para una muleta de torero. Quizás llamaría más la atención del toro si fuera de color turquesa.

Visión Tricromática

Es nuestra visión, algunos primates y marsupiales disponen de tres tipos de conos que perciben los tres colores primarios (rojo, amarillo y azul). Esto permite al ser humano distinguir la nada despreciable cantidad de hasta diez millones de colores.

Ojos de un camarón mantis.
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Ojos de un camarón mantis.Sirachai ArunrugstichaiGetty Images

Visión Tetracromática

Las aves y los reptiles, junto con varios tipos de peces, tienen cuatro receptores de color lo que les permite ver colores que los humanos no somos capaces de percibir.

Las serpientes pueden detectar el espectro infrarrojo y las aves los ultravioletas. Y fuera de la categoría de animales vertebrados, en los artrópodos, nos encontramos con el campeón de los colores: el camarón mantis. Este estomatópodo cuenta con 12 tipos de fotorreceptores en sus ojos con una forma de codificar la información del color que es diferente a todos los demás animales conocidos y los científicos no están seguros de cómo funciona exactamente el sistema visual de estos crustáceos.

Usos de los colores

Ya hemos visto cómo perciben los colores los animales, pero, ¿cómo los usan?

Los colores tienen diversas funciones biológicas, una de ellas es el camuflaje o Cripsis que consiste en pasar inadvertido a los sentidos de otros animales. La finalidad puede ser ocultarse para evitar ser comido o para lo contrario en el caso de predadores (Cripsis agresiva). Para conseguirlo la forma más sencilla es imitar los colores del medio (homocromía), como hace el zorro ártico con sus cambios estacionales del pelaje, blanco en invierno para camuflarse en la nieve y pardo en verano para pasar desapercibido con la vegetación. La mayoría de peces pelágicos, que viven en aguas medias o cerca de la superficie, presentan una coloración distinta en el dorso y el vientre. Al tener la parte dorsal más oscura con colores grises o azulados cuando se miran desde arriba se confunden con la oscuridad del fondo, y al contrario, al tener el vientre muy claro cuando se mira desde abajo se confunde con el brillo de la superficie. La coloración del tiburón blanco es así para evitar ser visto por las focas cuando las ataca por debajo.

Un camaleón del Yemen.
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Un camaleón del Yemen.MarkBridgerGetty Images

Hay algunos animales, como los camaleones, cuya habilidad para el cambio del color surge de su indefensión ante los cazadores pues su mordisco no es peligroso, su piel no es venenosa y no pueden moverse rápidamente. También se pueden utilizar patrones o formas repetitivas, como la cebra, el leopardo o el tigre que hacen más difícil la percepción de su silueta por sus depredadores o por sus presas.

Otra función, la contraria al camuflaje, puede ser avisar a los posibles depredadores que no es buena idea atacarlos porque son tóxicos o disponen de veneno. Es el aposematismo, casi siempre defensivo en animales, y consiste en utilizar los colores más llamativos para mostrar su peligrosidad. Para que este sistema sea efectivo la advertencia debe ser reconocida por el atacante de manera que homogeneizar las señales de aviso, mediante la selección natural, es lo más práctico. De esta forma se produce una respuesta instintiva (aprendida) por el depredador. Por eso el aposematismo está relacionado con el mimetismo.

Varios animales de distintas especies peligrosas pueden compartir colores o patrones de aviso, es el caso del mimetismo mülleriano, o especies inofensivas pueden imitar los rasgos de especies peligrosas para eludir los posibles ataques, es el caso del mimetismo batesiano. Los colores más comunes para avisar del peligro son el rojo, amarillo y naranja, en ocasiones contrastados con franjas o manchas negras. Un caso de mimetismo mülleriano es el de la serpiente de coral y la avispa, un vertebrado y un artrópodo que adoptan un patrón de colores brillantes y franjas negras. Un caso de mimetismo batesiano es el de las falsas corales, donde hasta cuatro especies de serpientes imitan el patrón de colores de la venenosa, y las moscas de las familias Syrphidae y Bombyliidae, que sin disponer de aguijón venenoso, imitan la coloración de las avispas y abejas.

Y por supuesto, el uso más conocido del color es la función de la selección sexual. Aquí los pájaros destacan en adornos y paletas de colores brillantes, sus favoritos son los rojos, púrpuras, amarillos, naranjas y azules. El pavo real y las distintas aves del paraíso son el claro ejemplo de vistosos y coloridos plumajes.

Mantis Orquídea.
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Mantis Orquídea.AdegsmGetty Images

Pero el maestro en camuflaje, mimetismo y uso del color es la mantis orquídea (Hymenopus coronatus), con el mejor disfraz para pasar desaparecida y atraer a las víctimas. Su cuerpo, en forma y colores, imita perfectamente una flor, siendo una estrategia tan peculiar que es única en el reino animal. Una auténtica belleza letal.

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