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CIENCIA

La NASA explica en una investigación la edad real de la luna

Un estudio realizado sobre los cristales lunares ha estimado que la edad aproximada de nuestro satélite es de 4.460 millones de años.

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La NASA explica en una investigación la edad real de la luna

Una investigación publicada por la Geochemical Perspectives Letters, ha determinado que la formación de la Luna se realizo 40 millones de años antes de lo que se pensaba, concretamente hace 4.460 millones de años. El conocimiento de la fecha exacta de la creación de nuestro satélite ha podido ser datada gracias a las muestras de cristales lunares que se recogieron durante la misión Apolo 17 hace más de 50 años.

La fecha concreta de la formación de los cristales ha podido ser decretada mediante la técnica de tomografía de sonda atómica, empleada por los investigadores. “Comenzamos afilando un fragmento de la muestra lunar enfocándolo con un microscopio de haz de iones, hasta lograr una punta muy fina, casi como un sacapuntas muy lujoso”, explican los investigadores. “A continuación usamos rayos ultravioletas para evaporar los átomos de la superficie de la punta. Estos átomos van a viajar por un espectrómetro de masa. La velocidad con la que se mueven nos va a decir cuál es su peso, y eso nos va a decir a su vez de qué están hechos”.

Estos cristales “Son un ancla de la geología lunar”, añade Philipp Heck, investigador de la Universidad de Chicago y del Field Museum. Conocer la verdadera edad de la Luna es de gran importancia, ya que, según Heck, “Es nuestra socia: estabiliza el eje de rotación de la Tierra, es el motivo por el que tenemos 24 horas cada día, y es lo que provoca las mareas. Sin ella, la vida en la Tierra habría transcurrido de otra manera”.

El origen de la Luna

La creación de nuestro satélite se remonta a hace más de cuatro mil millones de años cuando nuestro planeta aún se encontraba en pleno proceso de formación, y un objeto de Marte llamado Theia, colisionó contra la Tierra. Dicho choque cósmico arrojó un pedazo de “materia” al espacio, la cual permanecería en órbita hasta transformarse en lo que hoy en día conocemos como nuestro satélite, la Luna.

El impacto planetario desató una energía tal que derritió la roca en la superficie del objeto que se convertiría en la Luna. “Cuando la materia se fundió de esa manera, los cristales de circón no pudieron formarse y sobrevivir”, explica Heck. “Por tanto, cualquier cristal encontrado en la superficie tuvo que aparecer cuando este océano de magma lunar empezó a enfriarse. De lo contrario, se habrían derretido y sus firmas químicas se habrían borrado”.