Ciencia

Japón gana a China y logra el ‘milagro’ del agua salada para convertirla en energía osmótica: abastecerá a cientos de hogares en el país

El país nipón se convierte en el segundo en apostar por este tipo de energía, solo por detrás de Dinamarca. Todavía en fase de desarrollo, su potencial es muy grande.

Japón gana a China y logra el ‘milagro’ del agua salada para convertirla en energía osmótica: abastecerá a cientos de hogares en el país
Agencia de Obras Hidráulicas del Área de Fukuoka
Raúl Izquierdo
Nació en Villanueva de Alcardete en 1990. De La Mancha al Diario AS. Graduado en Periodismo y Comunicación Audiovisual, siempre tuvo claro que lo suyo eran las letras. Antes de formar parte de AS pasó por Marca Plus, Grupo V y Marca. En 2019 llega a AS y, tras pasar por la web, la pandemia le coloca en Actualidad. La fotografía, su otra afición.
Actualizado a

En una situación actual en la que se busca reducir la dependencia de los combustibles fósiles en todo el mundo, Japón ha dado un gran paso adelante. El pasado mes de agosto inauguraba su nueva y flamante planta de energía osmótica en Fukuoka, al oeste del país. Se convierte así en la segunda nación en apostar por este tipo de energía, también llamada ‘energía azul’, tras Dinamarca, que estrenó la suya en el año 2023.

Los científicos ven en el agua salada una buena y renovable a estos combustibles, a través del proceso conocido como ósmosis, en el que el agua dulce y salda se colocan a ambos lados de una membrana semipermeable. En este proceso, el agua dulce fluye hacia el lado salado, generando una presión que posteriormente se utiliza para mover una turbina que genera electricidad.

Con esta nueva instalación, se espera que el país asiático sea capaz de generar unos 880.000 kilovatios hora de electricidad al año, que podrá abastecer a cerca de 300 hogares japoneses. Por el momento, su primera tarea será la de abastecer de energía a la planta desalinizadora de Fukuoka, que suministra agua potable a las zonas cercanas.

Ventajas y desafíos de esta energía renovable

La principal ventaja es que su funcionamiento no depende de factores externos como el clima o la luz del día, como sí ocurre en el caso de la eólica o la solar, por lo que podría funcionar de forma ininterrumpida las 24 horas del día, los siete días de la semana. Además, su uso no produce emisiones directas de dióxido de carbono, por lo que su impacto en el efecto invernadero es menor.

Por el momento, esta energía cuenta todavía con algunas debilidades, ya que se encuentra en fase de desarrollo. Otros países se lanzaron anteriormente con diversos proyectos, como Noruega, Países Bajos o Israel. Ahora, los expertos creen que se deberán superar algunos obstáculos antes de que termine siendo una verdadera alternativa a gran escala.

Sandra Kentish, ingeniera química de la Universidad de Melbourne, explica a The Guardian el principal problema: las pérdidas de energía que se producen al bombear el agua a la planta y al pasar por las membranas. “Si bien se libera energía al mezclar agua salada con agua dulce, se pierde mucha energía al bombear las dos corrientes hacia la central eléctrica y por la pérdida por fricción a través de las membranas”.

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Pese a estos problemas a los que se enfrenta, su potencial es muy grande, especialmente en regiones que cuenten con abundantes desembocaduras de ríos. Se estima que la energía osmótica podría cubrir hasta el 40% de la demanda energética mundial si se aprovecha de forma eficaz en las desembocaduras de los principales ríos del mundo.

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