Instalan paneles solares en los Alpes suizos y el experimento sorprende a los expertos: se multiplica el rendimiento energético
La nieve puede convertirse en todo un reto a la hora de colocar paneles solare, pero un grupo de investigadores ven el punto positivo a este elemento.
La reducción de la luz solar directa cuando se instalan placas solares puede ser un problema en cuanto a eficiencia. La nieve no solo provoca este tipo de inconvenientes, sino que, a la hora de colocar los dispositivos, su peso tras acumularse puede bloquear la producción o incluso dañar las estructuras. No obstante, existe una contradicción con la nieve.
En relación a los paneles solares, la nieve puede llegar a ampliar el rendimiento energético de acuerdo a su capacidad para reflejar la luz solar. Se trata de una contradicción paradójica que ha tratado un grupo de investigadore de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, y el Instituto WSL de Investigación sobre Nieve y Avalanchas en un estudio en colaboración con la empresa austriaca Ehoch2, creadora del sistema Helioplant.
Se trata del primer trabajo de investigación que integra la modelización del flujo de nieve con la ingeniería de sistemas fotovoltaicos con un alto nivel de detalle. El proyecto Helioplant promete mejorar la productividad de los sistemas de montaña y reducir los costes de mantenimiento relacionados con la retirada manual de la nieve.
Pruebas y resultados
El resultado de su investigación es el proyecto Helioplant, una estructura fotovoltaica vertical en forma de cruz con cuatro superficies orientadas a diferentes direcciones capaz de minimizar la acumulación de nieve y maximizar la radiación solar reflejada. Estos dispositivos se desarrollaron a partir de un modelo de dinámica de fluidos computacional, conocido como Snowbedfoam, con el que se simula el comportamiento de la nieve en los paneles.
El Snowbedfoam permitió al grupo de investigadores la altura necesaria sobre el suelo de la estructura, cómo colocar los paneles en relación al viento y la distancia entre estructuras en el caso de acumulación y desprendimiento de nieve. Como resultado, los científicos observaron que la distancia mínima sobre el suelo es de 60 centímetros y que la estructura debía alinearse a la dirección predominante del viento para reducir la posibilidad de formación de ventisqueros.
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Según su investigación, los paneles demasiado juntos reducen la capacidad del viento para erosionar la nieve entre las estructuras, lo que favorece su acumulación. Con la alineación a la dirección del viento, no solo se consigue reducir la formación de ventisqueros, sino también promueve un efecto de autolimpieza natural a la hora de colocar los paneles de forma separada entre ellos.
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