Hallazgo sobre el origen del Stonehenge: podría cambiar la historia
Nuevas investigaciones revelan que la Piedra del Altar fue transportada desde Escocia hace 5.000 años, desafiando las teorías existentes y sugiriendo un propósito unificador entre las antiguas comunidades británicas.
Un nuevo estudio publicado en Archaeology International ha arrojado luz sobre uno de los mayores misterios de la humanidad: el origen y propósito de Stonehenge. Este monumento prehistórico, ubicado en Wiltshire, Inglaterra, podría haber sido reconstruido entre el 2620 y el 2480 a. C. como un símbolo de unificación entre comunidades distantes de Gran Bretaña. Los hallazgos sugieren que la Piedra del Altar, uno de los monolitos centrales, fue transportada desde el noreste de Escocia, un trayecto de más de 700 kilómetros.
Un esfuerzo monumental para la unión de pueblos
El estudio liderado por Mike Parker Pearson, profesor del University College de Londres, destaca que la Piedra del Altar, de más de 6 toneladas, fue movida a través de vastas distancias utilizando trineos de madera y técnicas ingeniosas de transporte. Según los investigadores, este esfuerzo extraordinario implicó la cooperación de cientos, posiblemente miles, de personas, lo que demuestra una coordinación sin precedentes entre las comunidades neolíticas de la época.
“La reconstrucción de Stonehenge pudo haber sido una respuesta a una crisis social, un intento de unir a las comunidades agrícolas locales con los recién llegados de Europa”, explicó Parker Pearson. Los europeos que llegaron, conocidos como el pueblo campaniforme, introdujeron nuevas tecnologías como la rueda y el trabajo del metal, cambiando drásticamente la composición genética y cultural de la población británica.
Conexiones entre Escocia e Inglaterra
Las similitudes arquitectónicas entre Stonehenge y los círculos de piedra encontrados en Escocia respaldan la hipótesis de una conexión cultural significativa entre ambas regiones. La Piedra del Altar comparte características con monolitos utilizados en círculos de piedra reclinados, exclusivos del noreste de Escocia. Esto sugiere que podría haber sido un regalo de estas comunidades del norte, simbolizando una alianza o vínculo sagrado.
Además, evidencias como el uso compartido de cerámica estilo Grooved Ware y la arquitectura similar en asentamientos del norte de Escocia y el sur de Inglaterra refuerzan la idea de una red de intercambio cultural entre estas regiones.
Un enigma multifacético
El monumento combina elementos religiosos, astronómicos y políticos. Su alineación con los solsticios y su uso como cementerio neolítico sugieren un propósito multifacético que iba más allá de la simple construcción monumental.
El nuevo estudio añade un giro político: la disposición de las piedras podría haber simbolizado la unión de comunidades dispersas en un momento de transformación social y cultural. Sin embargo, la llegada masiva de inmigrantes europeos cambió la dinámica de la población, haciendo que Stonehenge quedara como un recordatorio de un esfuerzo de unidad que no perduró.
Un misterio que sigue evolucionando
A pesar de los avances, el origen exacto de la Piedra del Altar sigue siendo un misterio. Los investigadores continúan explorando el noreste de Escocia en busca del lugar preciso de donde provino este monolito. Para Richard Bevins, coautor del estudio, este trabajo representa una colaboración interdisciplinaria que combina arqueología y geología para desentrañar la historia.
“Es fascinante ver cómo estas investigaciones están cambiando nuestra comprensión de Stonehenge. Aunque ha sido estudiado durante siglos, seguimos descubriendo aspectos completamente nuevos de este icónico sitio”, concluyó Bevins.
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