El tratamiento que da un golpe letal al cáncer de intestino
La investigación, publicada en Science Immunology, ya no solo puede conducir a tratamientos mejorados para los pacientes de cáncer en el futuro, sino que también abre nuevas posibilidades para comprender la manera de interactuar.
El cáncer intestinal es una enfermedad poco frecuente que surge de la proliferación de células cancerosas en la mucosa del órgano. Como el colon y el recto están conectados, a menudo el cáncer se desarrolla en uno y se extiende más tarde al otro, por lo que se habla de cáncer colorrectal.
Según los especialistas, la necesidad de descubrir tratamientos más eficaces y mejorar el cribado del cáncer de intestino es “urgente”, sobe todo en los casos de aparición temprana -aquellos que se dan entre los 25 y los 49 años-. Y es que, aunque el cáncer intestinal es inusual, el número de casos aumenta, peligrosamente.
Nueva vía para mejorar los resultados de los pacientes
Es el caso de los australianos nacidos a partir de 1990, los cuales tienen el doble de riesgo de desarrollar cáncer de intestino que los nacidos en 1950. Por si esto fuera poco, estos pacientes jóvenes suelen tener peor pronóstico, ya que suelen presentar la enfermedad en una fase avanzada.
Ahora, una nueva investigación ha supuesto un ‘rayo de luz’ para las personas con cáncer de intestino. Encabezada por científicos del Instituto de Investigación Oncológica Olivia Newton-John y de la Facultad de Medicina Oncológica de la Universidad La Trobe, en Australia, este estudio pionero en el mundo abrirá una nueva vía para mejorar los resultados de los pacientes con cáncer de intestino, tal y como reportan desde Science Immunology.
La importancia de las células T gamma delta
“Hemos descubierto que un importante grupo de células inmunitarias del intestino grueso, las células T gamma delta, son cruciales para prevenir el cáncer de intestino”, ha explicado Mielke, investigadora principal y jefa del Laboratorio de Inmunidad de las Mucosas y Cáncer del Instituto Olivia Newton-John.
Además de ser nuestras defensoras de primera línea en el intestino, las células T gamma delta patrullan constantemente y salvaguardan las células epiteliales que recubren el intestino, actuando como guerreras contra las amenazas potenciales de cáncer.
Explicación
Teniendo esto en cuenta, la experta ha revelado que, en el momento en que analizan muestras de pacientes con cáncer de intestino, descubren que los que mejores resultados presentan -a la par que una mayor supervivencia- son los que más células T gamma delta tienen presentes.
“Descubrimos que la cantidad y diversidad del microbioma del intestino grueso daba lugar a una mayor concentración de una molécula llamada TCF-1 en las células T Gamma delta, en comparación con otras zonas del intestino. Esta molécula (TFC-1) impide que nuestra respuesta inmunitaria natural, las células T gamma delta, luchen contra el cáncer de intestino. Cuando suprimimos el TFC-1 en las células T gamma delta utilizando modelos preclínicos, esto cambió fundamentalmente el comportamiento de estas células inmunitarias y observamos una notable reducción del tamaño de los tumores de cáncer de intestino”, ha detallado Mielke.
¿Qué supone esta investigación?
Elise Stapleton, una paciente de cáncer de intestino de 36 años, ha manifestado a Science Immunology que tiene la esperanza de que esta nueva investigación pueda conducir a “inmunoterapias más específicas que den lugar a menos efectos secundarios”, así como a “diseños de mejores cribados para que las personas puedan ser diagnosticadas con mayor precisión y tratadas antes”.
Por tanto, este descubrimiento ya no solo puede conducir a tratamientos mejorados para los pacientes de cáncer en el futuro, sino que también abre nuevas posibilidades para comprender la manera de interactuar entre el microbioma y las células inmunitarias del intestino.