Descubren un agujero negro gigante en nuestra galaxia del tamaño de 33 veces el Sol
Ubicada en la constelación del Águila, este agujero negro “dormido”, denominado Gaia BH3, está a 2.000 años luz de la Tierra.
El equipo internacional de astrónomos perteneciente a la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA) descubrió el mayor agujero negro estelar jamás visto hasta la fecha en la Vía Láctea. El estudio fue publicado en Astronomy & Astrophysics.
Denominado Gaia BH3, esta estructura cósmica se sitúa a tan solo 2.000 años luz de la Tierra y su dimensión es 33 veces superior a la del Sol. Es la primera vez que se detecta un agujero negro de masa negra de este tamaño en nuestra galaxia, según expresa la ESA en un comunicado. Para los autores del hallazgo, este supera la “comprensión de la evolución de las estrellas masivas”.
Es la constelación del Águila donde está situado este agujero negro de grandes dimensiones, según precisa la nota de la Universidad de Ginebra (Suiza). El descubrimiento rompe así el récord del tamaño de los agujeros negros estelares observados en nuestra galaxia, cuya masa solo era de 10 veces superior a del Sol. Para confirmar el descubrimiento, los astrónomos usaron datos de observatorios terrestres.
De todos ellos, caben destacar algunos como el instrumento UVES (Ultraviolet and Visual Echelle Spectrograph, por sus siglas en inglés), situado en el desierto de Atacama, en Chile. El objetivo de la misión Gaia es medir la distancia de más de dos mil millones de estrellas observando su movimiento a través del cielo con alta precisión.
En cuanto a los agujeros negros descubiertos hasta ahora, la comunidad astronómica solo había concluido que podrían haberse formado como consecuencia del colapso de estrellas, con una composición química con pocos elementos más pesados que el hidrógeno y el helio. El hecho de que pudieran perder menos masa, podría estar ligado a la producción de nuevos agujeros negros de mayor dimensión.
Una oportunidad “única” para estudiar su entorno
Dichas estrellas pobres producirían esos agujeros más grandes dada la mayor cantidad de material que les queda. Además, los expertos destacaron que, hasta el momento, no existían pruebas que vincularan directamente a las estrellas pobres en metales con los agujeros negros. Fue Nami Mowlavi, investigadora del Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias de la UNIGE y coautor del artículo, quien explicó la importancia de la investigación.
“El descubrimiento de Gaia BH3 en nuestra galaxia es, por tanto, una primera oportunidad única para estudiar el entorno en el que residen estos agujeros negros estelares sorprendentemente masivos y comprender su origen”, sentenció.
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