AEMET explica el cambio de gota fría a DANA: “Generaba alarma”
Rubén del Campo, portavoz de la agencia meteorológica, afirma que el término ‘gota fría’ estaba asociado a los grandes temporales de los años 80.
A mediados de la semana pasada, una DANA causó estragos en varias regiones de España, si bien fue la Comunidad Valenciana la que se llevó la peor parte, con más de 200 fallecidos confirmados hasta el día de hoy. Lo que actualmente se conoce como depresión aislada en niveles altos (DANA) fue, durante muchos años, la ‘gota fría’.
Una terminología que se refiere a lo mismo, pero que fue sustituido por el actual porque estaba asociado a “los grandes temporales de los años ochenta”. Así lo ha explicado el portavoz de AEMET, Rubén del Campo, a la agencia EFE. “Generaba alarma cada vez que un meteorólogo hablaba de gota fría”, asegura el meteorólogo de la agencia estatal.
Según ha explicado, este fenómeno meteorológico no siempre está asociado a la presencia de lluvias torrenciales. Puede provocar situaciones tan diferentes como “olas de calor, llegada de polvo en suspensión desde África o lluvias más suaves”.
Pero, ¿de dónde viene este nombre de DANA? A pesar de ser un acrónimo, también sirve para rendir homenaje al meteorólogo Francisco García Dana, “muy conocedor de los efectos de las gotas frías”, informa Del Campo. Dicho experto fue compañero de Manuel Mariano Medina, el ‘hombre del tiempo’ en una época en la que apenas existían dos canales de televisión en España.
DANA y borrasca, las diferencias
El primero de los términos, explica el portavoz de AEMET, “es una bolsa de aire frío en las capas altas de la atmósfera que queda aislada de la circulación general atmosférica, rodeada por todos sus flancos por aire más cálido”. Aunque su similitud con las borrascas pueda parecer muy próxima, se diferencian “una cuestión muy técnica”.
Así, detalla Rubén del Campo, la borrasca define a un sistema de bajas presiones, “que se identifica en todos los niveles de la troposfera, desde la superficie hasta los niveles altos, y suele llevar frentes asociados”. Unas bajas presiones que contrastan con lo que supone una DANA, que por definición es una “depresión aislada en niveles altos”.
Eso sí, las DANAS suelen ser más destructivas y más difíciles de predecir. No suelen tener frentes asociados, sino que da lugar a “tormentas de gran intensidad con lluvias torrenciales en zonas no muy extensas”. Las borrascas, por su parte, pueden incluir tormentas intensas, si bien suelen descargar lluvias más suaves, sobre más zonas y durante más tiempo.
Nombres para las borrascas
La AEMET, junto con la presencia de otras agencias meteorológicas europeas, son las encargadas de nombrar las borrascas de mayor impacto a través de la organización EUMETNET. ¿Por qué reciben nombre? Rubén del Campo lo explica. “Se ha demostrado que la gente presta más atención”, explica, recordando los casos de las borrascas Gloria en 2020 y Filomena en 2021.
¿Recibirán también nombre las DANAS? Es una pregunta, junto a los servicios meteorológicos de Portugal, Francia, Bélgica y Luxemburgo, puede estar sobre la mesa. “Estamos viendo que dejan unos efectos que pueden ser devastadores y es algo a plantear”. Del Campo, finalmente, recuerda que estos fenómenos no se limitan únicamente al mediterráneo, sino que en los últimos años se han dado también en País Vasco y en otras partes de Europa. Y, advierte, se pueden recrudecer por el cambio climático.
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