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Alerta alimentaria por una toxina en una marca de mozzarella

El alimento se ha distribuido en Andalucía, Asturias, Islas Baleares, Islas Canarias, Cataluña, Cantabria, Castilla y León, Galicia y Comunidad Valenciana.

Alerta alimentaria por una toxina en una marca de mozzarella
Pixabay

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha informado este lunes, tras una notificación de alerta trasladada por las autoridades sanitarias de la Comunidad de Madrid, de la presencia de una toxina estafilocócica en el producto mozzarella fresca —queso de pasta hilada— de la marca Bocconcini de Albe procedente de España.

En concreto, el Ministerio de Sanidad ha señalado que esta alerta está presente en el número de lote 2910, con fecha de caducidad del 29 de noviembre de 2022 (29/10/2022), con las características de peso de unidad de 250 g (peso neto) y 150 g (peso escurrido), y una temperatura en estado de refrigerado.

Según la información disponible, el producto ha sido distribuido en las comunidades autónomas de Andalucía, Asturias, Islas Baleares, Islas Canarias, Cataluña, Cantabria, Castilla y León, Galicia y Comunidad Valenciana, si bien no se descartan otras redistribuciones. El Ministerio también ha aclarado que, con la información disponible, no hay constancia en España de ningún caso notificado asociado a esta alerta.

Náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y postración, algunos de los síntomas

Asimismo, Sanidad ha explicado que en el caso de haber consumido este tipo de producto del lote afectado y presentar alguna sintomatología como náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal o postración, se recomienda acudir a un centro de salud. También ha recomendado a las personas que tengan en su domicilio productos afectados por esta alerta que se abstengan de consumirlos y los devuelvan al punto de compra.

La información ha sido trasladada a las autoridades competentes de las comunidades autónomas a través del Sistema Coordinado de Intercambio Rápido de Información (SCIRI) y a los Servicios de la Comisión Europea a través de la Red de Alerta Alimentaria europea (RASFF), con el objeto de que se verifique la retirada de los productos afectados de los canales de comercialización.