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TENDENCIAS
ALIYA MUSTAFINA. Un modelo de la perfecta forma física. Mustafina es una de las joyas de la gimnasia rusa, tanto por su indiscutible calidad como por su belleza tártara. Mustafina acaba de cumplir 20 años y su currículum es envidiable, con cuatro medallas olímpicas (una de oro) cosechadas en Londres 2012. Competitiva, perfeccionista y de fuerte carácter, sólo un año antes de aquella cita olímpica estuvo a punto de abandonar para siempre la gimnasia. Una rotura en el ligamento cruzado de la rodilla izquierda durante un salto se cruzó en su camino. Pero Aliya no se rindió, y reapareció pocos meses después completamente recuperada y con más ganas que nunca de arrasar en la pista. Lo consiguió.
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ELSABETH BLACK. Es de Canadá, tiene 19 años y ha obtenido varias medallas en los Juegos de la Commonwealth. Su futuro en la élite es prometedor, tal y como demostró tras su primera participación olímpica en Londres, cuando el equipo canadiense consiguió la quinta plaza, la mejor clasificación de su historia. Pero Elsabeth se lesionó, y le quedaron sensaciones agridulces. “Mi objetivo es evolucionar más mi gimnasia y desarrollar todo su potencial”, admitió tras los Juegos Olímpicos. Además de este deporte, sus otras grandes aficiones son la lectura, la música y compartir su tiempo con los amigos.
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GIULIA STEINGRUBER. Entrena, al menos, 28 horas a la semana, lo que demuestra su ambición y sus ganas de triunfar. Aunque reconoce que, a veces, es demasiado terca y desorganizada. A los siete años, descubrió la gimnasia y se dedica a ella en cuerpo y alma. Hoy, Giulia Steingruber (Suiza, 1994) ha sido campeona en su país varias veces en el concurso completo individual, así como en las disciplinas de suelo y aparatos. En 2013 fue elegida Atleta del Año en Suiza. Su próxima meta: ganar una medalla en los JJOO de Río 2016. Palabras mayores.
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LARISA IORDACHE. Su apodo es la nueva Nadia Comaneci. Igual suena exagerado, pero Larisa Iordache es todo un icono de la gimnasia en Rumanía. Nacida en Bucarest en 1998, comenzó a entrenar en su ciudad cuando solo tenía cuatro años. A los diez años, ya formaba parte del equipo nacional junior y los resultados llegaron enseguida. Cinco veces campeona europea, en 2012 se colgó un meritorio bronce en los JJOO de Londres. No fue fácil, porque poco antes de la cita olímpica, superó una fascitis plantar en la pierna izquierda. Pese a su baja estatura (150 centímetros) y sus 37 kilos de peso, Larisa es toda una gigante sobre la pista.
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MYKAYLA SKINNER. Su oro en los Campeonatos del Mundo de Nanning no es casualidad. A los cinco años, Mykayla ya recibía clases de gimnasia junto a varios de sus hermanos. Fue el principio de una extraordinaria carrera que prácticamente acaba de empezar. La atleta, nacida en EEUU hace 17 años, ni siquiera ha finalizado sus estudios en el instituto aunque ya ha anunciado que en 2015 ingresará en la Universidad de Utah. Sus fuertes creencias religiosas (es mormona), le ayudan a afrontar con fe las competiciones. “Antes de irme a la cama, pienso en mis rutinas y rezo mucho”, reconoce. La joven pasa más de 31 horas semanales en el gimnasio. Y es que la disciplina es una parte esencial en su vida. A las 6.30 de la mañana se despierta y pocas horas después, ya está inmersa en duras sesiones de entrenamientos. Tanto sacrificio ha dado sus frutos.
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